Respuesta: La muerte es la pena más antigua de la sociedad humana, pero no una creación única de China. En la historia y en diversos países ha habido discusiones acaloradas de este asunto. En la actualidad, 90 países han anulado la pena capital oficialmente o en los hechos, casi la mitad de los 185 países que hay en el mundo. Aunque la mayoría de los países conservan este castigo, su alcance y su aplicación a personas merecedoras se han atrofiado en distinto grado o han sido restringidos con rigor.
En lo que a China se refiere, sus condiciones nacionales todavía no permiten abolir la pena capital de inmediato. Por un lado, China aún se encuentra en la etapa de socialismo primario, es un país en vías de desarrollo y su civilización en lo material todavía no es elevada; y por el otro, a causa de la influencia de la cultura tradicional, la idea de “quien mata paga con vida” está arraigada en la mente del público, así que la pena de muerte sigue teniendo bases en la psicología social. Debido a ello, su abolición inmediata no contaría con la aprobación y el apoyo de las masas populares. Dado el caso, China todavía no puede abolir la pena capital por completo en el momento. Sin embargo, nuestra política sí restringe rigurosamente su aplicación y ejecución en los hechos en los ámbitos de la legislación y la justicia y asegura su aplicación solamente a un exiguo número de criminales de delitos extremadamente graves. En China esta pena se divide por ley en dos clases: la de ejecución inmediata y la de ejecución diferida por dos a?os. Si no es necesario ejecutar a un sentenciado a la muerte de inmediato, se le anuncian la pena capital y la dilación de la ejecución por dos a?os al mismo tiempo. Se trata de una creación única del Código Penal de este país. La práctica de la justicia penal en los últimos cerca de cincuenta a?os demuestra que esta estipulación ha permitido remodelarse a la gran mayoría de los sentenciados a la muerte con la ejecución diferida, cosa que concuerda con el objetivo de transformar a los criminales en personas nuevas y, al mismo tiempo, concuerda con la tendencia mundial de restringir la aplicación de la pena capital. Esta práctica da expresión a la característica de los castigos penales chinos y ha sido favorecida en el mundo.
Adicionalmente, para prevenir la equivocación en la sentencia de la pena capital y su ejecución, el Tribunal Popular Supremo decidió, en octubre de 2005, recuperar gradualmente en los próximos cinco a?os el poder de ratificación de algunos casos de esta pena anteriormente dado a los tribunales superiores locales, y exigir la apertura del proceso judicial de todos los casos de pena capital de segunda instancia por los cuales se hayan presentado apelaciones. La recuperación del poder de reverificación de la pena capital por el Tribunal Popular Supremo muestra el respeto del Gobierno chino al derecho de vivir del hombre, así como su actitud de reducir la cantidad de penas de muerte y su prudencia en la ejecución de éstas.
En resumidas cuentas, el régimen de pena capital vigente de China no es cosa fortuita, se ha formado sobre base de tomar la bella cultura tradicional como referencia y de asimilar el concepto avanzado de otros país y por ello es racional en general. En un futuro bastante largo, China ajustará, por supuesto, este régimen sobre la base de adherirse al sistema correcto disponible y conforme al progreso de los tiempos.
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