Respuesta: La escasez de energía no solamente es un problema importante que afronta China sino también el resto del mundo. En los cien a?os del siglo pasado, un 15% de la población mundial dio cima a la industrialización y el consumo de petróleo disparó de los algo más de 24 millones de toneladas en el comienzo hasta 3.000 millones. Hoy en el siglo XXI, el resto de la población mundial, el 85%, procederá también a la industrialización, y con ello el consumo de energía aumentará todavía más. Es un problema global y debe ser arreglado con el esfuerzo concertado de todo el mundo.
No se puede negar que el continuo incremento de la demanda de energía por China en los últimos a?os ha formado gran presión sobre la oferta. Desde 2001, sobre todo, han aparecido tensiones simultáneas en el suministro de carbón, electricidad y petróleo por primera vez en la Nueva China. La falta relativa de recursos ha inhibido en cierto grado su desarrollo económico. Por tanto, es comprensible la preocupación de la gente de si en China surgirá una crisis de energía.
Sin embargo, hay un punto que aclarar. Aunque muchos saben que China es un gran consumidor de energía, no están informados de que también es un gran productor de hidrocarburos. Al cabo de más de cincuenta a?os de construcción, China ha configurado en lo preliminar un patrón de suministro de energía con el carbón como parte principal, con la electricidad como centro y con el petróleo, el gas natural, las energías nuevas y las energías renovables en desarrollo de modo integral, y su autoabastecimiento siempre se ha mantenido en más del 90%. Además, China posee un enorme potencial de recursos energéticos. Del total de sus yacimientos, el petróleo llega a 122.100 millones de toneladas y el gas natural a 47 billones de metros cúbicos. En cuanto a la cantidad explotable definitiva, el petróleo suma 14.000-16.000 millones de toneladas; el gas natural, 10-15 billones de metros cúbicos; y el gas de los estratos de carbón, 30 billones de metros cúbicos. En términos de perspectiva los yacimientos de carbón verificados de China representan un porcentaje muy bajo de los depósitos geológicos y por ello éstos prometen un gran potencial para la prospección. Por otro lado, también es posible descubrir campos de petróleo y gas nuevos, aparte de los amplios horizontes para la explotación de energías nuevas y renovables.
Adicionalmente, el modo de crecimiento económico de China sigue extensivo en demasía y aquejado del problema de alto consumo y baja eficiencia, por lo que aún hay gran espacio para economizar el uso de energía y elevar la tasa de utilización. Según datos, la tasa de utilización de la energía de China es de sólo 33%, inferior en 10 puntos porcentuales a la de los países desarrollados, al tiempo que su consumo de petróleo por unidad del PIB supera a la de estos países y la media mundial. Algunos expertos pronostican que si nuestra tasa de utilización de la energía alcanza el nivel mundial avanzado, podremos disminuir el consumo en 300 millones de toneladas de carbón estándar al a?o, y que si logramos bajar en un punto porcentual la proporción de la energía, materias primas y materiales en el coste de producción industrial, obtendremos una rentabilidad superior a los 10.000 millones de yuanes. En cuestión de energías sustitutas China ha desarrollado en cierta medida la tecnología de elaboración de gasolina a base del carbón, ha formado varios centro de producción y los ampliará continuamente. La tecnología de alcohol combustible se ha popularizado en muchas ciudades y produjimos 10 millones de toneladas de alcohol-gasolina en 2005. Aparte, el oeste de nuestro país abunda en energía solar y energía eólica. Si conseguimos generar electricidad con estos recursos y utilizar esta electricidad para extraer energía de hidrógeno del agua, será una revolución industrial basada en esta energía.
Economizar los recursos energéticos es una política estatal básica de China. Para desarrollar la economía circular y obtener la máxima rentabilidad económica y social con el mínimo uso de recursos energéticos, hemos implantado una serie de políticas encaminadas a restringir e impedir la puesta en obras de proyectos de alto consumo de energía, hemos cancelado o rebajado las desgravaciones a la exportación de acero laminado, carbón, metales no ferrosos y otros productos de alto consumo de energía y hemos suspendido provisionalmente algunas empresas de procesamiento para la exportación con alto consumo de energía. Por otro lado, la Asamblea Popular Nacional ha enmendado de nuevo la Ley de Ahorro de Energía, dejando especificadas las normas de consumo de energía para las diversas ramas de actividad, y en febrero de 2005 aprobó la Ley de Energías Renovables, deparando garantías jurídicas al desarrollo de tales energías. En los quince a?os próximos China invertirá 500.000 millones de yuanes renminbi para desarrollar la energía nuclear, la solar, la eólica y la mareal. En el 2020 la proporción de las energías renovables ascenderá del 7% en la actualidad a alrededor del 15% en el consumo de energías de uso único del país.
En síntesis, en un futuro bastante largo, China seguirá manteniendo el sistema de consumo de energía basado principalmente en el carbón y con la coexistencia de otras energías. Dentro de este sistema, tal vez el gas natural, la hidroelectricidad y la electricidad nuclear subirán de peso específico, pero la proporción del petróleo se mantendrá inalterada en lo básico o bajará ligeramente. China no copiará simplemente el modo de consumo de energía de los países occidentales ni repetirá su viejo camino de la industrialización; a la inversa, asiéndose a la coyuntura estratégica propicia al desarrollo económico, desbrozará una senda de desarrollo sostenible adecuada a sus propias condiciones.
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