Respuesta: En la antigüedad China era un país desarrollado en ciencia y tecnología y era brillante por sus cuatro inventos importantes: la pólvora, el papel, la imprenta y la brújula. Y ahora en los pasados 28 a?os desde la reforma y la apertura, ha creado un récord de desarrollo acelerado en su historia y también en la historia mundial; sin embargo, este elevado incremento económico se ha logrado en gran parte a través de una enorme inversión y consumo de recursos. Debido a la falta de tecnologías medulares y de la propiedad intelectual propia, China se encuentra en el extremo bajo de la cadena del valor agregado de la industria mundial y se enfrenta con una situación embarazosa por su pobre capacidad de innovación en general.
En 2004, según cálculos de expertos, China estaba clasificada en vigésimo cuarto lugar de entre los 49 países principales en términos de capacidad de innovación científica y tecnológica. Sus sectores principales dependían prácticamente de la importación en la obtención de equipos clave y tecnologías medulares; por ejemplo, los equipos de fabricación de fibras ópticas dependían de la importación en 100%; los circuitos integrados, en 85%; los equipos de manufactura de máquinas textiles, en 70%; y los equipos de uso médico de alta categoría, en 90-100%. En la situación de competencia cada vez más re?ida por el poderío nacional integral, la insuficiencia de capacidad de innovación se ha vuelto una seria restricción al desarrollo económico y social y la seguridad estatal de China. Por tanto, China planteó, ante la Conferencia Nacional de Ciencia y Tecnología celebrada a comienzos de 2006, la necesidad de emplear 15 a?os para alcanzar la meta de ingresar en las filas de países innovadores.
La innovación autónoma es el espinazo que sostiene el desarrollo de todo país. Tras el esfuerzo arduo de varias generaciones, China ha incrementado grandemente su fuerza económica y sus logros de ciencia y tecnología llaman la atención al mundo, lo cual ha asentado los cimientos necesarios para elevar su capacidad de innovación autónoma y edificar un país innovador.
Primero, desde la proclamación de la República Popular en 1949, China ha establecido un sistema completo de ciencia y tecnología como pocos países, sentando bases para la innovación autónoma y su conversión en un país innovador.
Segundo, China dispone de un personal científico y tecnológico en abundancia. Según datos, este contingente suyo suma hoy 38,5 millones de personas, en primer lugar en el mundo, y sus investigadores 1.090.000 personas/a?o, en segundo lugar. éstos son los recursos más preciosos de China, incomparables para ningún país.
Tercero, China es ya bastante fuerte en ciencia y tecnología. Según cálculos, aunque su PIB por persona apenas supera los mil dólares americanos, su índice de innovación integral en ciencia y tecnología se equipara al de los países cuyo PIB por persona llega a cinco o seis mil dólares americanos. En cuanto a la investigación y el desarrollo, sobre todo, China ha alcanzado el nivel mundial avanzado en los campos importantes como la biología, la nanociencia y la navegación espacial.
Y cuarto, la larga historia y cultura de la nación china, su atención en grado sumo a la educación, el pensamiento dialéctico y el espíritu colectivo, y su rica sedimentación cultural proporcionan muchas opciones para la capacidad de innovación.
Para incrementar la capacidad de innovación y edificar un país innovador, China se ha fijado las metas de desarrollo de la ciencia y tecnología en los próximos 15 a?os: en el 2020, la inversión en la investigación y el desarrollo ascenderá a más del 2,5% del PIB y los fondos anuales de toda la sociedad para este propósito sobrepasarán los 900.000 millones de yuanes, figurando su nivel en las primeras filas del mundo; la tasa de contribución del progreso científico y tecnológico se elevará a más del 60% y la dependencia del exterior en lo tecnológico bajará a menos del 30%; y tanto el número de patentes autorizadas de sus ciudadanos como el de ponencias de ciencia de éstos citadas en el extranjero entrarán en los primeros cinco lugares en el mundo. Para entonces China habrá acrecentado considerablemente su capacidad de innovación y su fuerza integral para la investigación en las ciencias básicas y las tecnologías de vanguardia y habrá conseguido una partida de logros científicos y tecnológicos de importancia en el mundo, pasando de este modo a las filas de países innovadores y asentando cimientos para ser una potencia de ciencia y tecnología en el orbe a mediados de este siglo.
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