Respuesta: El impuesto agrícola era un gravamen originado de la agricultura que se recaudaba en el campo y recaía directamente sobre los campesinos ya por 2.600 a?os en China. Históricamente, por lo general evolucionaba de complicado a simple. Pero a pesar de sus cambios, no se alteraban su estatus y papel de impuesto principal y fuente de ingresos principal del Estado. Se trataba de un impuesto obligatorio para los campesinos chinos. Después de la fundación de la Nueva China, el impuesto agrícola siempre constituía una importante fuente de ingresos fiscales para el Estado durante largo tiempo, con el fin de consolidar el Poder político y promover el proceso de industrialización.
El 29 de diciembre de 2005, en la XIX Sesión del Comité Permanente de la APN se aprobó por una absoluta mayoría de votos la decisión de abolir el Reglamento de Impuesto Agrícola a partir de enero de 2006, de modo que este impuesto hizo mutis definitivamente del escenario histórico, cosa que ninguna dinastía o gobierno anterior había logrado hacer y sólo se convirtió en realidad en la China de hoy, de desarrollo económico y progreso social en constante avance. En comparación con 1999, a?o anterior la reforma rural para la conversión de las tarifas en impuestos, la abolición del impuesto agrícola disminuirá cada a?o la carga de los campesinos en más de 100.000 millones de yuanes, o sea, 120 yuanes por persona, y no sólo favorecerá la reducción de su carga y el aumento de sus ingresos, sino que les permitirá compartir más de los logros de la reforma, la apertura y la modernización del país.
Por a?adidura, a fin de aplicar mejor el principio de retribución de la industria a la agricultura y de apoyo de la ciudad al campo y promover el desarrollo agrícola y el florecimiento del campo, se tomarán tres medidas más para evitar que crezca la carga sobre los campesinos:
Primero, la hacienda central y las de nivel provincial/municipal aumentarán la trasferencia de pagos a los niveles de base rurales. En 2006, con el fin de llevar adelante la conversión de las tarifas rurales en impuestos sin sobresaltos, el Gobierno Central transferirá los pagos especiales a los niveles básicos en más de 78.000 millones de yuanes, y los gobiernos de provincial/municipal harán lo mismo en alrededor de 25.000 millones de yuanes, siendo la suma combinada de más de 100.000 millones de yuanes entre ambas cifras.
Segundo, a través del cambio de la función de los gobiernos de cantón y poblado se impulsarán la reforma de sus organismos y la simplificación de su personal, cercenando así una gran cantidad de gastos ineficientes.
Y tercero, se implantarán en todas las zonas rurales del país cuatro sistemas: el de exhibición pública de las tarifas agrícolas, el de tarifas únicas de las escuelas, el de restricción de los gastos para la suscripción de periódicos y revistas en los niveles de base rurales y el de exigencia de responsabilidad a los dirigentes encargados por los casos ocurridos debido al aumento de la carga de los campesinos.
Por supuesto, sabemos con lucidez que la abolición del impuesto agrícola es solamente el primer paso dado para resolver los problemas inmediatos del campo, la agricultura y el campesinado, pero que con ella no se zanjarán los problemas en niveles profundos, y que la solución radical de éstos y la edificación integral de una sociedad modestamente acomodada y una sociedad armoniosa en las zonas rurales aún requiere que hagamos más esfuerzos.
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