Respuesta: Los campesinos llegados a las ciudades son un nuevo contingente de trabajadores surgido en el proceso de la reforma, la apertura, la industrialización y la urbanización del país. Su identidad personal sigue empadronada en el campo, algunos salen en busca de trabajo en la temporada agrícola muerta, cultivan la tierra parte del tiempo y trabajan en la ciudad el resto, se desplazan constantemente; otros tienen empleo permanente en la ciudad y laboran en todas las ramas de la economía nacional. En 2004 los que tenían trabajo en las zonas urbanas o empleo en las empresas de cantón y poblado excedieron de los 200 millones. Entre ellos, 120 millones laboraban en la ciudad y representaban más del 50% del personal ocupado en el procesamiento, la manufactura, la construcción, la extracción minera, la higiene ambiental, el servicio doméstico y el sector de alimentos y bebidas, constituyendo parte importante de los obreros industriales. Se ha de decir que en los pasados más de veinte a?os, de no ser por los trabajadores emigrados del campo nuestra industrialización y urbanización no habrían podido progresar tan rápido ni las nuevas industrias y la economía abierta de las zonas litorales habrían podido avanzar tan impetuosamente.
En a?os recientes, si bien se ha mejorado el ambiente laboral de los campesinos en la ciudad, se han tomado medidas para la protección de sus derechos e intereses y se han logrado resultados al respecto hasta cierto punto, ellos aún sufren problemas agudos. éstos principalmente son el salario bajo y las moras graves en el pago; el tiempo de trabajo largo y la pobre seguridad en el trabajo; la falta de seguridad social, muchas enfermedades ocupacionales y accidentes laborales; las dificultades en la capacitación de empleo, la asistencia escolar de los hijos, la vivienda y la vida cotidiana; la falta de garantía segura de sus derechos e intereses económicos, políticos y culturales, etc. Tales problemas no solamente existen en las ciudades grandes y medianas, sino que también son relevantes en algunas ciudades peque?as e incluso en las empresas de cantón y poblado.
En marzo de 2006, a objeto de garantizar los derechos e intereses legales de los campesinos llegados a la ciudad, mejorar su ambiente del empleo y guiar a la mano de obra rural sobrante a desplazarse de manera racional y ordenada, el Gobierno chino promulgó Algunas opiniones sobre la solución de los problemas de los trabajadores emigrados del campo, y decidió revisar y abolir en mayor extensión las estipulaciones discriminatorias y restricciones irracionales contra el desplazamiento de los trabajadores rurales y su empleo en la ciudad. Los contenidos principales del documento son:
Primero, implantar un sistema de supervisión del pago del salario de los trabajadores emigrados del campo y de fondos de garantía del salario, reglamentar el pago salarial de los empleadores, y dar solución al salario bajo de estos trabajadores y al atraso en el pago.
Segundo, establecer un mercado laboral urbano-rural unificado en pie de competencia leal y formar un mecanismo de fomento del desplazamiento y empleo de la mano de obra rural excedente en condiciones de la economía de mercado, para darles igual oportunidad y servicio de empleo que a los trabajadores urbanos.
Tercero, que las agencias de servicio de empleo de propiedad pública den gratis servicios de recomendación a los trabajadores rurales llegados y registrados en la ciudad y les ofrezcan subsidios únicos durante el periodo de capacitación vocacional.
Cuarto, resolver de manera activa y prudente el problema de seguridad social de dichos trabajadores, dar solución prioritaria al seguro de accidente laboral y la garantía del seguro médico para enfermedades graves, y resolver gradualmente la garantía de la pensión de vejez.
Quinto, incorporar a los trabajadores emigrados del campo al sistema de servicio público urbano, y resolver de manera gradual y condicional el empadronamiento familiar de los que tienen empleo y viven en la ciudad por largo tiempo.
Y sexto, garantizar sus derechos democráticos y políticos y su derecho de participación en la administración democrática de las empresas donde laboran, proteger sus derechos e intereses de contrata de tierra en sus pueblos, y prestarles buen servicio jurídico y ayuda legal.
Hoy aún sobran 120-130 millones de trabajadores en la agricultura del país, quienes seguirán pasando a las ciudades como trabajadores emigrados en el acelerado proceso de la industrialización y la urbanización. Si cada a?o lo seis a ocho millones más, esta fuerza laboral será absorbida por completo en más de veinte a?os al menos. Debido a ello, persistirá durante largo tiempo el fenómeno de empleo de los trabajadores rurales que van y vienen entre el campo y la ciudad.
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