La ciudad de Lhasa, capital de la región autónoma del Tíbet, ha recobrado la tranquilidad esta madrugada después de un día en el que se produjeron varios actos de violencia con destrozos de ventanas, saqueos a tiendas e incendios en monasterios.
No había mucho tráfico por las calles de la capital regional a primera hora de la ma?ana de hoy. Algunos coches quemados, motos y bicicletas seguían en las principales calles, y había un fuerte olor a humo, según varios testigos.
La mayoría de los comercios en la ciudad estaban cerrados hoy sábado. En las zonas céntricas, cerca de un centenar de tiendas habían sido saqueadas, mientras se veía salir grandes columnas de humo de los establecimientos destruidos durante los disturbios.
El suministro de electricidad se restableció en los barrios cercanos a la calle Duosenge, el área más afectada por la violencia en el centro de Lhasa. Sin embargo, el servicio de telefonía local no pudo ser recuperado de momento, debido a que las infraestructuras de comunicación fueron destrozadas durante los incidentes del viernes.
Varios testigos declararon que la violencia estalló en Lhasa a las 13:10 hora local de ayer viernes, cuando varias personas se enfrentaron a la policía y lanzaron piedras contra los agentes en una zona cercana al Monasterio Ramogia, ubicado en el centro de la ciudad.
Los participantes en los disturbios empezaron a reunirse a las 14:00 hora local cerca del citado monasterio, e incendiaron varias tiendas situadas en las dos avenidas principales en la capital, y cerca del Templo de Jokhang, Monasterio de Ramogia y el mercado de Chomsigkang. Al menos, se registraron cinco incendios y la zona estaba cubierta por una densa humareda.
Un gran número de comercios, bancos y hoteles fueron incendiados, causando cortes en el suministro eléctrico y la interrupción de las comunicaciones en diversas áreas de la ciudad. Todas las tiendas cercanas al Templo de Jokhang y el Monasterio de Ramogia habían cerrado sus puertas al público.
Un oficial del gobierno regional del Tíbet declaró a Xinhua que se habían recogido suficientes pruebas que demostraban que el sabotaje en Lhasa estaba "organizado, premeditado y dise?ado" por la camarilla del Dalai.
La violencia, durante la cual se registraron golpizas, destrozos, saqueos e incendios, alteró el orden público y puso en peligro las vidas y propiedades de la población, dijo un funcionario del gobierno regional.
Varios periodistas de Xinhua vieron en Lhasa que muchos de los participantes en los disturbios llevaban mochillas llenas de piedras y líquidos inflamables, algunos con barras de acero, palos y cuchillos, una se?al que la multitud venía completamente preparada con la intención de causar da?os.
La multitud atacó a los transeúntes, incluyendo a mujeres y ni?os, indicaron los testigos. Los manifestantes golpeaban cosas a su paso, rompían ventanas, cajeros automáticos y semáforos. Se saquearon varias tiendas de ropa, restaurantes y tiendas de teléfonos móviles, además de incendiar bicicletas, motos y vehículos.
Los vándalos empezaron a quemar el supermercado local Sifang, y los centros comerciales de Landun y Wenzhou a las 15:00 hora local del viernes.
El gobierno regional ha confirmado la muerte de diez personas, se?alando que la mayoría de las víctimas eran comerciantes.
No se han registrado muertos ni heridos entre los extranjeros, según informó un oficial de la oficina de asuntos exteriores del gobierno regional. Fin