Los disturbios del pasado viernes en Lhasa no sólo han causado graves pérdidas de vidas y en los bienes de la ciudad, sino que también han perturbado el orden social de la región.
Así lo declaró Qiangba Puncog, presidente del gobierno de la región autónoma del Tíbet, en una conferencia de prensa celebrada hoy lunes en Beijing.
Los alborotadores incendiaron más de 300 sitios, entre ellos 214 tiendas y varias viviendas, y además destruyeron y quemaron 56 vehículos en Lhasa, capital de la región.
En los disturbios, 13 ciudadanos inocentes murieron quemados o apu?alados.
El presidente del gobierno regional citó dos casos de brutalidad ocurridos aquel día. En uno de ellos, un ciudadano fue rociado con gasolina por los alborotadores y murió calcinado. En otro caso, los alborotadores golpearon a un patrullero de la policía hasta dejarlo inconsciente, y luego cortaron un pedazo de carne de uno de sus glúteos.
Un total de 61 agentes de la policía resultaron heridos en las revueltas, de los cuales seis permanecen en estado grave.
El funcionario calificó los disturbios como una actividad " premeditada, bien dise?ada, y organizada cuidadosamente" por la camarilla del Dalai Lama.
Desde el 10 de marzo, más de 300 monjes del Monasterio de Zhaibung se lanzaron hacia el centro de Lhasa. Los monjes, supuestamente amantes de la paz, fueron agresivos, y confrontaron abiertamente al personal de seguridad.
En el Monasterio de Sera, diez monjes exhibieron banderas del llamado gobierno tibetano en el exilio y gritaron la " independencia del Tíbet". En los días siguientes, algunos monjes gritaron eslóganes de independencia y desafiaron a los efectivos policiales que intentaban mantener el orden, según Qiangba Puncog.
En un intento por llamar la atención, tres monjes del Monasterio de Zhaibung se autoinfligieron heridas con cuchillos y se tomaron fotos entre ellos, y luego culparon a otros por el da?o que ellos mismos se habían causado, de acuerdo con fuentes de la policía local.
El pasado viernes, grupos de alboradores desataron violentos y destructivos disturbios, incendiando edificios, vehículos policiales y privados, y saquando bancos, escuelas, y tiendas, informaron las mismas fuentes.
"La mayoría de los disturbios tuvieron lugar en las avenidas comerciales del centro de la ciudad, como Bargor, Linkuo, Sera, Ngaqen, el Segundo Anillo, y Beijing Central", afirmó Qiangba Puncog.
La Escuela Secundaria Número 2 de Lhasa, la Escuela Primaria Haicheng, y el mercado Chomsigkang también fueron blanco de saqueos, destrozos con piedras, e incendios, a?adió el mandatario regional.
Una sucursal del Banco de China, algunos puntos de servicio del grupo de telecomunicaciones China Mobile, la oficina en Lhasa de la Agencia de Noticias Xinhua, la oficina del Diario del Tíbet, así como varias oficinas gubernamentales, también sufrieron los ataques de los vándalos, según el funcionario.