"No tengo más que esta ropa que llevo puesta", se lamenta una residente de Lhasa, Zhoema de 73 a?os de edad, frente a su casa que fue incendiada por los alborotadores el 14 de marzo.
Ella, junto a otras cinco familias que habitaban el mismo inmueble en el centro de Lhasa, quedaron sin hogar. Las seis familias se están refugiando en las oficinas de una escuela primaria cercana.
La anciana tibetana sólo tuvo tiempo para despertar a su hijo en la noche cuando escuchó los gritos de "fuego". "Ahora ni siquiera poseo un pu?ado de harina de cebada de las tierras altas", dijo.
El fuego duró más de 40 minutos y provocó severos da?os a la construcción de tres pisos.
"No he visto nada más cruel que este disturbio", dijo Fu Wenjin, un empresario de la suroriental provincia de Fujian, quien sufrió una pérdida de 500.000 yuanes después de que su tienda de teléfonos celulares fuera saqueada.
Ye Danping, quien posee una tienda de ropa para ni?os en la calle Duosenge, una concurrida calle comercial, dijo que sufrió una pérdida de seis millones de yuanes, "mi corazón quedó completamente destrozado cuando las ganancias de a?os fueron quemadas".
Sin embargo, Ye dijo que continuará realizando negocios en Lhasa porque cree en un futuro brillante.
"Lhasa se ha estado desarrollando rápidamente gracias a la estabilidad en los a?os recientes. Sin embargo, los alborotadores trataron de sabotear esto", dijo un residente de nombre Cering.
Residentes, expertos y líderes religiosos del Tíbet, entre otros, han condenado la violencia.
El XI Panchen Lama, Gyaincain Norbu, dijo hoy que los disturbios en Lhasa son contrarios a los principios budistas.
Los Budas Vivientes en el Tíbet también expresaron su oposición. Ngawang Daindzin, un Buda Viviente, dijo que "los alborotadores que usaban sotanas no eran verdaderos monjes en absoluto. Lo que hicieron simplemente es contra los códigos del Budismo".
"Es la violencia planeada e incitada por fuerzas secesionistas domésticas y extranjeras que colaboró estrechamente en busca de la ' independencia del Tíbet'", dijo Pagbalha Geleg Namgyai, un importante asesor político.