Mejoras sólidas deben lograrse en la aplicación de las ocho directrices para combatir la burocracia y el formalismo presentadas por el Partido Comunista de China (PCCh) con el fin de frenar el despilfarro y mejorar el estilo de trabajo de los funcionarios.
Los principios directrices fueron emitidos el 4 de diciembre de 2012 en una reunión del Buró Político del Comité Central del PCCh.
En una sesión plenaria de la Comisión Central de Control Disciplinario sostenida la semana pasada, Xi Jinping, secretario general del Comité central del PCCh, reiteró la determinación del Partido para mejorar su estilo de trabajo con cambios visibles.
Los problemas en el estilo de trabajo son vistos por algunos miembros del Partido y funcionarios como peque?eces. Sin embargo, en realidad las prácticas del despilfarro, ostentación, hedonismo, burocracia y formalismo están erosionando la transparencia del Partido y del gobierno.
Si no son frenadas estas práticas indeseables, evolucionarán para convertirse en un muro invisible que separará al PCCh de la gente.
Por ello, se emitieron los principios directrices en un esfuerzo para poner fin a estas prácticas indeseables. No obstante, como la mejora del estilo de trabajo no es nuevo para el Partido, y como las campa?as pasadas comenzaron con bombo y platillo pero terminaron con un gemido, la gente se pregunta si las ocho directrices concluirán de esa forma.
Las mejorías visibles prometidas por Xi deben servir para eliminar las dudas de la gente. Como los miembros del Buró Político del Comité Central del PPCh han puesto el buen ejemplo al respecto, los funcionarios de menor nivel deben cumplir lo que han prometido.
Las directrices deben ser aplicadas de una manera detallada. El PCCh jamás debe tolerar que funcionarios o departamentos hagan concesiones al llevar a cabo los lineamientos.
Las organizaciones del PCCh y los gobiernos de todos los niveles deben elegir algunos asuntos pendientes cada a?o y resolverlos a través de esfuerzos constantes. Las armas disciplinarias del PCCh de todos los niveles deben fortalecer sus esfuerzos de inspección para evitar un resurgimiento de prácticas indeseables.
El camino para mejorar el estilo de trabajoes es largo y arduo para el PCCh, y las ocho directrices deben ser consideradas una orden para la movilización. La puesta en marcha de las directrices no es la meta, sino el punto de partida.
Las organizaciones del PCCh y los gobiernos de todos los niveles deben llevar a cabo las directrices de manera honesta y mantener efectivamente la confianza de la gente. Fi