Lape Nannie, una mujer de 98 a?os, tiene la preocupación de que con su muerte desaparezca una imagen misteriosa: la mariposa azul tatuada en su cara que la ha acompa?ado desde su infancia.
Ella es una de las últimas 38 mujeres con tatuaje facial del grupo étnico Dulong, conocido como "la tribu del tatuaje facial".
Según los expertos, la población del grupo, concentrado principalmente en el valle del río Dulong, situado en la suroccidental provincia china de Yunnan, era de menos de 6.000 habitantes en 2006, y sigue disminuyendo rápidamente.
"En realidad espero que la gente recuerde las mariposas tatuadas en nuestras caras después de que hayamos muerto", dice Lape Nannie, que vive en su distrito natal de Gongshan.
Al mirar detenidamente su tatuaje se puede notar que en sus mejillas fueron dibujadas las alas de una mariposa, en su naríz al cuerpo, y en su frente, las antenas.
Lape Nannie, quien mide sólo 1,50 metros de altura y pesa 35 kilos, tiene seis hijos, de los cuales el más joven ya tiene 48 a?os.
Las labores del campo, a las que se dedicó durante la mayor parte de su vida, le dejaron como herencia constantes dolores en su espalda y estómago. Sin embargo, los sentidos de la vista y el oído están en un nivel destacable si se tiene en cuenta su edad.
Ella no puede ya recordar cuándo y por qué se hizo el tatuaje. Pero lo que asegura que nunca podrá olvidar es la sensación al momento de hacer el grabado. "Ese día éramos tres ni?as del mismo poblado. Y parecía que las tres nos íbamos a morir de dolor", dice.
Peng Yiliang, especialista en culturas étnicas, dice que las mujeres de Dulong solían hacerse el tatuaje facial a los 12 ó 13 a?os, en parte para se?alar que ya habían llegado a la pubertad, y en parte como un "documento de identidad", porque los dibujos tatuados variaban según los diferentes grupos a los que pertenecía cada adolescente.
Todavía sigue siendo una polémica si el tatuaje era considerado como una belleza en la época antigua. "Algunos dicen que era como un adorno que embellecía aún más a las mujeres, mientras que otros dicen que el verdadero objetivo era hacerlas menos atractivas para evitar que fueran secuestradas", explica Peng.
Según el experto, generalmente se empleaba la mariposa como la imagen del tatuaje debido a que, de acuerdo con la creencia de la etnia Dulong, las almas de los muertos se convierten en este insecto. "El tatuaje se hacía con agujas de bambú y tintas fabricadas a base de cenizas", cuenta.
"La elaboración de un tatuaje facial duraba entre siete y ocho horas, y las mujeres a las que se les aplicaba debían pasar por lo menos cinco días sin lavarse la cara para asegurarse de que la imagen se mantendría intacta", dice Peng.