Dongba, la pintura religiosa más antigua y representativa del longevo pueblo naxi, constituye el legado artístico más especial y característico de este grupo étnico. Esta expresión artística se originó en la región de los naxi, de la ciudad de Lijiang, en la provincia de Yunnan, en el suroeste de China.

La modalidad surgió a partir de los antiguos jeroglíficos y las diversas actividades religiosas dongbas. Por ejemplo, durante los ritos de sacrificio, los maestros de ceremonia se disfrazaban de buda, dioses, animales, plantas e incluso demonios, imágenes que los artistas dongba llevaron luego al papel, creando la forma primitiva de la actual pintura dongba.

A. Categorías. La pintura dongba, como elemento importante de la cultura homónima, abordaba temáticas principalmente relacionadas con los dioses y los fantasmas en los que creían los naxi. No obstante, también refleja los diferentes aspectos de la vida social del pueblo.

Los materiales más utilizados en su creación son las astillas de madera, el papel dongba y el lino. Primero se bosqueja la obra con un lápiz de bambú y tinta hecha de pino, para luego ser pigmentada con varios colores naturales brillosos y sólidos.

La pintura dongba incorpora las cinco características clásicas de los jeroglíficos: la forma de la escritura Beiye, las líneas exquisitas, los colores hermosos, la expresión dinámica y los rasgos bien marcados. Se divide en diferentes categorías, cada una de las cuales representa una o varias historias conmovedoras. Los cuadros pueden clasificarse de varias maneras, según las formas empleadas.

1. Pintura de lápiz de bambú: Se usaba principalmente en las cubiertas e ilustraciones de las escrituras dongba. Se pintaba sobre un pedazo de papel de corteza, usando como lápiz un fragmento afilado de bambú con tinta en la punta.

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