Por DARíO GUIJO
Una de las cosas que más me chocó en mi primer viaje a China fue la llegada a la Oficina de Estudiantes Extranjeros de la universidad donde iba a empezar a estudiar chino. Aun a pesar del calor asfixiante del mes de julio en Shanghai y del terrible desfase horario, cuando entré y vi a la empleada durmiendo a las diez de la ma?ana sobre el teclado de su ordenador, me di cuenta de que realmente estaba en un país que podía ser muy diferente del mío.
El ámbito laboral es un tema enorme; sin embargo, sí que se pueden citar y comentar numerosos aspectos que, en líneas generales, corresponden con la realidad de estos dos países y pueden dar una imagen bastante cercana a la realidad.
El horario
Empleados trabajando en la oficina.
Por ejemplo, en Espa?a el horario de oficina en empresas privadas suele ser de ocho de la ma?ana a seis de la tarde (en el sector público se puede empezar a las nueve), pudiéndose alargar hasta las siete o más tarde en caso de tener que hacer horas extras (lo cual es algo habitual incluso en este período de crisis). Obviamente hay una pausa de unos 20-30 minutos entre las diez y las once de la ma?ana para el almuerzo (en Espa?a es un segundo desayuno) y todavía en muchas empresas el descanso para la comida es de dos horas, entre la una y media y las tres y media, por lo que mucha gente aprovecha para ir a casa a comer y descansar un rato. En China, sin embargo, en muchísimas oficinas se empieza a trabajar a partir de las nueve y la pausa para la comida empieza entre las once y media y las doce del mediodía. Según las empresas, ésta puede ser de una hora o incluso superar largamente las dos horas. Según si se trabaja en una empresa pública o en una privada se trabajan más o menos horas, por lo que la hora para salir del trabajo puede ir de entre las cinco de la tarde a las siete o incluso las ocho de la tarde (en caso de hacer horas extras).
Otra diferencia básica viene dada por el número de días que se trabaja. En China los comercios abren todos los días de la semana y muchos de ellos abren desde temprano por la ma?ana (siete u ocho) hasta las diez e incluso las doce de la noche. En Espa?a el peque?o comercio cierra los sábados por la tarde y rara vez abre los domingos, por otra parte al mediodía cierra durante dos o tres horas. El único comercio que tiene un horario parecido al chino es el de las grandes superficies.
Dónde comer y descansar
La cantina de una empresa.
En Espa?a las empresas no suelen tener cantinas donde los empleados puedan comer al mediodía. Sin embargo, existe, aunque sea, un peque?o espacio donde poder tomar un café y relajarse unos minutos, donde poder debatir, etc. Que en China no sea costumbre tener este tipo de lugares quizá se deba a que es común beber té o agua caliente mientras se trabaja. En Espa?a no, y por otra parte, comer o beber otra cosa que no sea agua está mal visto y puede molestar a los demás. Así, la pausa para el almuerzo es un momento para salir de las instalaciones de la empresa e ir a la cafetería más cercana para comer algo allí. En China, sin embargo, es muy común tener cosas para matar la gana en la oficina, incluso en numerosas oficinas y negocios se come al mediodía en el propio lugar de trabajo. El equivalente del descanso para el almuerzo es la pausa (o pausas) para hacer ejercicio y estiramientos.
Otra diferencia bastante grande viene dada por la posibilidad de hacer la siesta en el centro de trabajo. Aun a pesar de que Espa?a es conocida por ser la tierra de la siesta, poca gente la hace entre semana, sea por falta de costumbre o por falta de tiempo. En China mucha gente la hace. Por ejemplo, para un profesor de espa?ol en una academia en Beijing que prefiere que le llamemos Mario, fue un shock pero también una suerte poder hacer la siesta en el trabajo. Dormir en el centro de trabajo no es una práctica penalizada en China, aunque sí en Espa?a y otros países europeos.
El ambiente de trabajo, la limpieza
En Espa?a, por lo general, la gente suele mantener sus asuntos personales de manera privada. En China es usual hablar por teléfono con familiares y amigos en la oficina usando un tono de voz alto, e incluso comentar las vicisitudes personales con los compa?eros. El lugar de trabajo es un lugar de socialización importante, con un peso mayor que en Espa?a, y la relación entre colegas puede fácilmente convertirse en otra de amistad. Para Lara, una espa?ola empleada en una empresa china de importación y exportación, al principio le resultaba difícil concentrarse en este ambiente y además le sorprendió la porosidad existente entre la esfera personal y profesional.
Todas las empresas en Espa?a, sean grandes o peque?as, disponen de un servicio que se encarga de limpiar todas las partes de los centros de trabajo sin excepción. En China también existen este tipo de servicios, aunque están básicamente encargados de la limpieza de los aseos y de las zonas comunes y, salvo en el caso de grandes empresas o de empresas extranjeras, no se encargan de la limpieza del puesto de trabajo del propio empleado. Si bien cada empresa es un mundo, en muchas empresas chinas los empleados se esfuerzan por mantener un ambiente agradable, decorando ellos mismos las instalaciones y poniendo plantas.
Un punto en común en ambos países es la necesidad de estar presente en el puesto de trabajo; los empleados no se van, por lo general, antes que el jefe en ninguno de los dos países.
Esta situación también se ve compensada por la ambición. En China existe una gran ambición por desarrollar negocios, por mejorar numerosos aspectos del ámbito laboral, lo cual ya no es tan frecuente en países desarrollados. Esta es una de las cualidades que más gusta a Carlos, un empresario espa?ol instalado en el sur de China, además de que los clientes chinos pagan dentro de los plazos estipulados, si bien hasta el último segundo todo lo negociado puede no haber servido de nada.
Las diferencias entre ambos países pueden llegar a ser grandes, pero muchas de ellas son consecuencia del diferente grado de desarrollo de ambos países. En definitiva, trabajar es trabajar, tanto en un lugar como en el otro, y en cada país hay grandes ventajas, pero también grandes inconvenientes.
Publicado en la edición de Agosto de la revista China Hoy