En el corazón de Lao Wu “ vive una familia más grande
Durante los feriados en México, Lao Wu siempre invitaba a jóvenes chinos a su casa y les cocinaba platillos y ravioles. “Comíamos todos esos platos sin ningún remordimiento. En ese entonces estábamos muy lejos de nuestros familiares, pero en aquel momento nos invadía un profundo sentimiento familiar. El se?or Wu sonreía y nos miraba haciéndonos ver en él a un padre”, recuerda Liu Shuangyan, reportera de la Radio Internacional de China, quien compartía ese sentimiento con los demás.
Todos los reporteros de Xinhua, del Diario del Pueblo, de la Televisión Central China, de la Radio Internacional de China y del Diario de Wen Hui, recibieron de Lao Wu una gran atención, ayuda y orientación. Desde cómo socializar con las personas de la comunidad, cómo conducir un coche y hasta consejos para la vida. Todos ellos recibieron mucha información práctica de Lao Wu, con lo cual se evitaron muchos golpes en la vida. Si no podían concertar una entrevista, él los ayudaba a través de sus conexiones personales.
A lo largo de ocho a?os, Lao Wu recibió cientos de veces a visitantes chinos, algunos para capacitación y otros como enviados para realizar entrevistas. Cuando algunos de ellos arribaban a la medianoche, él también iba personalmente al aeropuerto:“Para mí es sólo una ida más al aeropuerto, pero para los demás, ésta es quizás la única vez que vengan a México en toda su vida”.
Una vez, mientras hacía un viaje de negocios por otra ciudad, coincidió que uno de los jefes de la revista China Hoy, Li Wuzhou, se encontraba en el aeropuerto listo para partir de regreso a China. Justo cuando estaba por abordar el avión, alguien le tocó el hombro, Li voltéo y era Lao Wu, quien tenía una marcada cara de cansancio. “No pensaba que pudiera venir a despedirse de mí, pero al final acudió al aeropuerto sólo para decirme adiós”.
En abril de 2010, brotó en México la epidemia de la gripe A (H1N1). La gravedad del asunto obligó a la repatriación de organismos extranjeros y el Grupo de Publicaciones Internacionales de China pidió a sus miembros acreditados en México que, por su seguridad, volvieran temporalmente a China. Según recuerda Zeng Ping, por esos días le dijo a Lao Wu: “Es Ud. una persona de edad y los jóvenes tienen poca experiencia, así que yo me quedo aquí”. Pero Lao Wu ya tenía argumentos para rebatir las razones de Zeng: “No hablas espa?ol y yo soy el candidato más adecuado para quedarse a coordinar los trabajos. No discutas conmigo”. Así, Lao Wu aguantó hasta el final y fue el último en ser evacuado.
Lao Wu escribió en un artículo: " un corresponsal en el extranjero debe afrontar una gran cantidad de sacrificios. Cuando mi hijo nació, yo estaba en Panamá y no fue sino hasta algunos meses más tarde que me enteré de que él había venido al mundo. Cuando estaba en la República Dominicana, mi madre estaba gravemente enferma, me enteré de que ella ya había fallecido después de regresar al país. La última vez que nos vimos, ella me dijo: "Vete, que no se demore el trabajo y que todo salga bien". Yo sabía en ese entonces que era un adiós para siempre. Ahora siempre me lamento en lo más profundo de mi corazón. Como dice el refrán chino: cuando el hijo quiere cuidar, los padres ya no pueden esperar.”
Cada a?o el Grupo de Publicaciones Internacionales celebra una reunión de trabajo en el extranjero en los días próximos a la Fiesta de la Primavera. Así, los miembros del personal acreditado en el extranero puedan regresar a casa y reunirse con sus familiares. Sin embargo, en sus 8 a?os Lao Wu nunca regresó a casa para celebrar la Fiesta de la Primavera. Siempre volvía a México antes de la Noche Vieja. Decía: “En la oficina de México se quedan los jóvenes y yo debo acompa?arlos”. Otro motivo es que durante esta Fiesta, China Hoy participa en el desfile organizado por los chinos en el extranjero en el que “se envían saludos al pueblo mexicano desde China”.