A pesar de su nombre moderno, la grulla de cresta roja era conocida como “l(fā)a grulla inmortal” en la antigua China. Cada a?o, cerca de 1.200 de estas aves, es decir el sesenta por ciento de grullas de todo el mundo, llegan a pasar el invierno a la ciudad de Yancheng, al sur de China.
En las leyendas chinas, las grullas se consideraban como la montura y la encarnación de los taoístas inmortales debido a su longevidad, a su canto agudo y misterioso y a su capacidad de volar muy alto. También creían que se encargaba de guiar a las almas al cielo.
Con frecuencia se la ve en las pinturas chinas junto a los pinos, y ambos simbolizan la elegancia y la longevidad.