El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, negó hoy que su gobierno pretenda hacer una reducción presupuestaria para enfrentar la crisis mundial y aseguró que por el contrario aumentarán las inversiones.
En un discurso ante el Consejo de Desarrollo Económico y Social (CDES), un órgano consultivo integrado por empresarios y sindicalistas, el mandatario dijo que los trabajadores no pagarán la crisis con reducción de su salario.
Dirigiéndose a los empresarios, Da Silva les dijo que no le pidieran que "los trabajadores paguen otra vez con reducción salarial" la crisis. "No podemos disminuir los salarios", indicó.
Economistas brasile?os y extranjeros participan en un seminario internacional sobre desarrollo organizado por el CDES para discutir salidas a la crisis y el papel del Estado en la economía.
El presidente se?aló que uno de los grandes temas a ser resueltos en la crisis global es la vuelta al crédito, y criticó la actuación de los gobiernos de países desarrollados con relación a los bancos.
"Podemos o no volver al crédito que había antes de la crisis, ese es el gran desafío", preguntó el mandatario.
Agregó que "vamos a tener que decidir no sólo la regulación del sistema financiero y de los paraísos fiscales, vamos a tener que ver cómo restablecer el crédito en el planeta, porque sin eso los países no funcionan, las empresas no invierten y la economía no anda".
Da Silva dijo que la solución para la crisis es política y que un acción bien ordenada puede salvar al mundo del caos.
"Por más injustas que sean las consecuencias de esta crisis para las personas pobres y las naciones en desarrollo, ella pone un punto final en los equívocos cometidos por décadas en nombre del Dios mercado", enfatizó.
Según él, hubo "apatía" en los gobernantes del mundo durante dos décadas porque eran elegidos bajo la idea de que "el Estado no valía nada y de que todo sería resuelto por el mercado y que el papel del gobernante era reducir el Estado al mínimo posible".
El presidente brasile?o consideró que es necesario saber si los líderes políticos asumirán su papel y si los Estados serán inductores de la economía, lo que deberá analizarse en la reunión del G-20 -grupo de las mayores economías desarrolladas y en desarrollo- el 2 de abril en Londres. Fin