En la rueda de prensa ofrecida con motivo de sus cien días de gobierno, Obama se mostró orgulloso pero no conforme con lo conseguido en estos cien días de gobierno, y declaró que a pesar de que las medidas que se han adoptado hasta el momento constituyen “un buen inicio” para su mandato, la verdad es que lo hecho hasta el momento no es suficiente.
Obama, cuya entrada en la Casa Blanca ha estado marcada por la crisis financiera y económica mundial iniciada precisamente en Estados Unidos, inició su mandato presionando al Congreso para que aprobara el mayor paquete de estímulos para la economía de la historia, de 787 mil millones de dólares, y logrando además que las dos cámaras del Congreso diesen el visto bueno a un plan presupuestario de 3,6 billones de dólares.
Otras acciones del presidente a lo largo de estos cien días que han despertado controversia en los círculos económicos fueron el presionar para la dimisión del anterior director ejecutivo de General Motors y limitar los sueldos de los altos ejecutivos de las grandes empresas, así como aprobar un plan de 275 mil millones de dólares para evitar juicios hipotecarios y otro de 100 mil millones de dólares para rescatar a los bancos con problemas de liquidez.
Entre otras iniciativas que el presidente ha ejecutado con sorprendente rapidez se encuentran la aprobación de leyes que exigen igualdad de sueldos para hombres y mujeres, la ampliación de los subsidios para cuidados sanitarios o la aceptación de la financiación de la investigación sobre células madre embrionarias, y, en el ámbito de la política internacional, sorprendió sobretodo con la retirada efectiva de las tropas de combate estadounidenses de Irak y el anuncio del cierre de la prisión de Guantánamo dentro del periodo de un a?o, amén de propiciar un tono más relajado en las relaciones con varios países, en particular con Cuba, Irán y Venezuela.
Tanta actividad es vista con cierta estupefacción tanto por los expertos como por la población del país norteamericano, que quizá no están acostumbrados a que las cosas se hagan de una manera tan efectiva, y, mientras algunos permanecen agradablemente a la expectativa, otros muchos muestran su preocupación por lo mucho que quiere abarcar el presidente. El mismo Obama parece también consciente de que su proyecto de reforma es muy ambicioso, pero recordó que lo aprobado hasta el momento no constituye más que los pilares de lo que prometió durante su campa?a electoral, por lo que, dijo, " no estamos haciendo más que lo que dijimos que haríamos".