BEIJING, 22 abr (hey-genius.com /Agencias) – Tras conocerse la noticia del fallecimiento de Juan Antonio Samaranch a los 89 a?os, Yu Zaiqing, vicepresidente del Comité Olímpico Chino, le rindió tributo, llamándolo "un buen amigo del pueblo chino".
Yu dijo en una declaración que "Samaranch fue un buen amigo del pueblo chino. él siempre quiso que China pudiera organizar unos Juegos Olímpicos y su deseo finalmente se cumplió en el 2008. El pueblo chino se lo agradece".
Yu a?adió: "Queremos expresar nuestras profundas condolencias por la muerte del se?or Samaranch. él hizo enormes contribuciones al movimiento olímpico".
He Zhenliang, presidente honorario del Comité Olímpico Chino y una de las figuras deportivas más famosas de China, está profundamente entristecido por la muerte de Samaranch con el que trabajó durante 20 a?os desde que fue elegido para el COI en 1981.
"El Movimiento Olímpico ha perdido a un gran líder, China ha perdido a un amigo cercano y yo he perdido a un amigo muy querido y a un hermano", se?aló He, de 80 a?os de edad.
"Samaranch hizo grandes esfuerzos para ayudar a China a tener su lugar en el COI y otras organizaciones deportivas internacionales. También hizo grandes esfuerzos para que China tuviera una mayor voz en la arena deportiva internacional", agregó He.
"No podremos olvidar jamás la ayuda del presidente Samaranch para la candidatura exitosa de Beijing y el éxito excepcional de los Juegos Olímpicos de 2008. Cuando los preparativos para las Olimpiadas de Beijng se vieron perturbados por algunos factores políticos, siempre estuvo junto a nosotros con determinación", dijo He a Xinhua en una entrevista telefónica.
Una vida para el Olimpismo
La trayectoria vital de Juan Antonio Samaranch ha estado ciertamente marcada por el movimiento olímpico, del que fue cabeza desde 1980 hasta 2001.
Samaranch, nacido en una familia burguesa catalana, se mostró interesado por el deporte desde muy joven. La política y la diplomacia fueron sus otras vocaciones. Durante la dictadura franquista en Espa?a, ocupó varios cargos en la administración. Desde 1966 era miembro del COI. Tras la llegada de la democracia a su país, fue nombrado como primer embajador espa?ol en la Unión Soviética, donde pudo recabar apoyos para su posterior candidatura a la presidencia del organismo olímpico, un cargo que consiguió en 1980. Fue reelegido en tres ocasiones más -1989, 1993 y 1997.
Fue él quien modeló el Olimpismo actual y quien supo rescatarlo del letargo en el que estaba sumido. Supo integrar los Juegos en la sociedad actual de los medios de masas, dando cabida en ellos a los jugadores profesionales, con el fin de aumentar el grado de competitividad y el interés público.
Bajo su mandato se celebraron algunas de las ediciones más memorables de las Olimpiadas, como las de Seúl’88 o las de su ciudad natal, Barcelona’92.
Sus últimos a?os al frente del COI estuvieron salpicados por los escándalos de corrupción de Salt Lake City. Tras su salida de la presidencia del organismo, permaneció activo hasta el último momento de su vida, como presidente de honor del COI y colaborando en las candidaturas frustradas de Madrid para los juegos olímpicos en 2012 y 2016.