“Me encuentro bien, gracias a Dios, estoy fuerte y mi vida seguirá siendo la misma”, afirmó el político en sus primeras declaraciones a la prensa desde su casa en Lomas de Chapultepec, donde aseguró que su condición de hombre de fe lo ha llevado ya a perdonar a sus captores y que ahora las autoridades deben cumplir la tarea que tienen pendiente, “pero sin abuso, sin atropello".
Delgado y con una larga barba canosa, el que fuera candidato a la presidencia del país por el Partido de Acción Nacional (PAN) en las elecciones de 1994, que perdió frente a Ernesto Zedillo, declaró que para el futuro tiene "una actitud perfectamente definida: vivir para adelante, sin miedos, sin cobardías, sin arrogancia, pero con definición y con valor".
Abogado de profesión y considerado una de las figuras más influyentes en el PAN y en la política mexicana en las últimas dos décadas, el Jefe Diego, como también se le conoce, fue secuestrado el 14 de mayo de este a?o, en su hacienda La Caba?a, en el municipio Pedro Escobedo, en Querétaro, por una banda que se identificó como los Misteriosos Desaparecederos y que exigió un rescate de 30 millones de dólares.
El domingo reciente, los presuntos secuestradores emitieron un último comunicado en el que bajo el título de "Epílogo de una desaparición", dejaban entrever la pronta liberación de Fernández de Cevallos, finalmente concretada el lunes.
Aunque la familia no ha revelado si pagó la suma que pedían los captores, en junio pasado, el ex senador de 68 a?os remitió una carta a su hijo mayor en la que le pidió que hiciera su mayor lo más rápido posible para concretar su rescate.
“Ellos tienen todo el tiempo del mundo, no les corre ninguna prisa. Lo mismo les da ma?ana que dentro de cien días. (...) Lo urgente es negociar con toda seriedad para gestionar la entrega del dinero y mi libertad", dijo el político en la misiva.