El millonario empresario Horacio Cartes, que recibió la banda presidencial el último 15 de agosto, apuesta al desarrollo de Paraguay para que deje de ser uno de los países más pobres del continente y en esa tarea, aunque llena de obstáculos, cuenta con la ilusión de los paraguayos, al menos por ahora.
En poco más de cuatro meses de gestión, Cartes ya imprimió una huella en la política y la fuerza de su gobierno, el tradicional Partido Colorado (PC), que ejerció el Ejecutivo la segunda parte del siglo XX y casi toda la primera década del XXI.
Fiel a un estilo pragmático, que catapultó a sus empresas a liderar distintos sectores de la economía, también dotó de acción a su gestión.
"Este será el gobierno de las oportunidades para todos", anunció Cartes tras jurar para el periodo 2013-2018 frente al Palacio de López en Asunción.
RETOS
Siempre tuvo entre ceja y ceja el combate a la pobreza.
En esa guerra, su principal arma es la generación de condiciones para que se instalen empresas que creen nuevas fuentes de trabajo.
Pero la tarea no es fácil porque la infraestructura y las comunicaciones son muy atrasadas, en un país sin salida directa al mar.
Como telón de fondo, Paraguay tiene el mayor nivel de percepción de corrupción, según la organización Transparencia Internacional.
Cartes encontró además a un país muy aislado en la región.
La destitución del presidente Fernando Lugo en un juicio sumario en junio de 2012 llevó a que fuera suspendido del Mercosur y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Por si fuera poco, las arcas del Estado estaban casi vacías, según Cartes al acusar de despilfarro a su antecesor, Federico Franco, quien se desempe?aba como vice de Lugo y completó su mandato.
"Lo que dejaron (en el Estado) es para 7 de la ma?ana hasta 10 de la ma?ana", ironizó pocos días después de jurar.
Otra piedra en el zapato ha sido el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), un peque?o grupo guerrillero que opera en el norte, una de las zonas más desfavorecidas.
Dos días después de asumir, el EPP se atribuyó la muerte de 5 personas en un establecimiento rural en Concepción.
Entre octubre y diciembre, volvió a actuar cobrándose las vidas de un policía y un militar en sendos ataques.
"Unidos construiremos un nuevo rumbo", prometió en sus primeras horas de gobierno Cartes, de 57 a?os de edad.
Y puso manos a la obra.
AVANCES
Poco a poco, el mandatario fue haciendo flote, haciendo oídos sordos a los analistas y políticos que le asignaban pocas oportunidades por su falta de experiencia política y sus pocas raíces en el complejo Partido Colorado.
El analista y director del periódico económico asunce?o "5Días", Benjamín Fernández, dijo a Xinhua en agosto que "Cartes necesitará tener mucho éxito para que su proyecto y su propuesta técnica tenga la adhesión popular y eso mantenga a raya al sector más conservador u ortodoxo del PC".
Cartes rompió los moldes al designar un gabinete de perfil técnico y sin militancia política conocida.
Fernández atribuyó esa decisión a que el mandatario debía proyectar "una imagen de gestión enderezada hacia un nuevo modelo que combata los niveles de corrupción del Estado" porque si no lo hacía "es poco probable que el optimismo de la gente se mantenga".
Así, más allá de algunos cortocircuitos en su relación con el partido, logró que la a veces díscola bancada colorada acompa?ara sus proyectos clave.
Desde los primeros días implementó varios programas sociales de asistencia a las familias en extrema pobreza.
Una tarea nada sencilla la de reducir la pobreza que actualmente afecta al 32 por ciento de los 6,6 millones de paraguayos.
En estos meses, la inflación se ha mantenido en niveles bajos a la vez que la economía crece con tasas de dos dígitos.
Además, logró que en poco tiempo el Congreso aprobara a iniciativa del Ejecutivo una ley de Responsabilidad Fiscal, que regula y fija límites al gasto público.
Casi simultáneamente se votó una norma de alianza público-privada que impulse las inversiones.
Ante las críticas de la oposición, Cartes se declaró "enemigo acérrimo de las ventas de los patrimonios del Estado".
En tanto, dispuso en agosto la movilización de las Fuerzas Armadas en los departamentos de Concepción, San Pedro y Amambay para "garantizar la seguridad interna" ante el accionar guerrillero del EPP.
Sin embargo, los logros en el combate a ese grupo no aparecen.
Otra prioridad para Cartes ha sido devolver al país a los organismos de integración que lo excluyeron durante el gobierno de Franco.
Tanto Unasur como el Mercosur han levantado las sanciones a Paraguay,aunque en el segundo caso el país todavía no regresó formalmente.
Pero Cartes se encamina a conseguir el apoyo del Congreso para ratificar el Protocolo de Adhesión de Venezuela al Mercosur, que ya avanzó en el Senado.
El gobernante realizó visitas oficiales a sus vecinos de la región, encuentros que sirvieron para "potenciar las relaciones bilaterales" y consolidar "nuestra presencia en los grupos subregionales", subrayó el canciller Eladio Loizaga.
En noviembre, una encuesta de la consultora Instituto de Comunicación y Arte (ICA) arrojó que Cartes cosechaba una popularidad del 80 por ciento.
BALANCE
"A pesar de todos estos logros aún quedan muchas cosas por hacer y estamos trabajando intensamente para el beneficio de la población", se?aló Cartes al evaluar sus primeros 100 días de gestión.
Reconoció que tuvo "limitaciones por la situación en que encontramos el Estado" pero "supimos sortearlas".
Para el jefe de Estado, las prioridades fueron "el combate a la pobreza, una tarea que sabemos es difícil, pero posible" y "mantener una economía estable y propicia para el desarrollo como también la protección de los recursos del Estado".
"Son cien días en los que estamos asentando los cimientos para construir sólidamente juntos, con todos ustedes, un nuevo rumbo para el Paraguay", sostuvo.
En una entrevista, reconoció que aún hay mucho por mejorar, al referirse a un sondeo de opinión que revela que un 53 por ciento de la ciudadanía califica de regular sus primeros tres meses de gobierno.
"Soy consciente de que tenemos que mejorar muchísimo", declaró.
De acuerdo a ese sondeo de Ibope-Cies, el 29 por ciento de los encuestados considera como buena y muy buena la gestión presidencial y el 18 por ciento de mala y muy mala.
Consultado sobre qué es lo que hay que mejorar, respondió: "Todo, nada está bien, todo está para mejorar".
"Hay que saber recibir las calificaciones y evidentemente nos pone en la necesidad de tener que mejorar esas calificaciones. Lo tomo con mucho ímpetu", dijo. Por delante, lo aguardan cinco a?os de gestión. Fi