Estos ataques se producen a menos de 40 días para el comienzo de los Juegos Olímpicos de invierno en Sochi, un acontecimiento que para el Kremlin es sumamente importante para la imagen de Rusia y para el que han hecho inversiones multimillonarias.

Sin embargo, gracias a los atentados, ahora han surgido serias dudas sobre la capacidad de los rusos para garantizar la seguridad de esos juegos. Las autoridades han enfatizado que han tomado todas las medidas necesarias para impedir atentados durante las competiciones, sin embargo es preocupante que la misma ciudad haya sido azotada por los terroristas tres veces, a 960 kilómetros al nordeste de Sochi, en los últimos tres meses.

Aun más, si los ataques suicidas fueron ejecutados por el mismo grupo, como consideran los investigadores, entonces significa que los servicios secretos y policiales fracasaron en neutralizarlos. Además de que las medidas adoptadas después del 21 de octubre no funcionaron, las más recientes tampoco, tomadas inmediatamente después de la explosión del domingo en la estación ferroviaria.

A la preocupación se suman las críticas. La Revista Diaria opinaba que los servicios secretos han sido incapaces de hacer un análisis objetivo y lógico de lo que está sucediendo. Y el teniente general retirado Alexéi Kandaúrov declaró que considera que “tal y como está organizado actualmente el trabajo de los servicios secretos, es casi inevitable que sucedan este tipo de cosas”. “Hoy sus estructuras no responden a los desafíos modernos y de hecho siguen copiando el antiguo sistema soviético, en circunstancias de que el mundo ha cambiado muchísimo y ahora es también otro el carácter de las amenazas”,agregó.

Es por ello que algunos tienen el temor fundado de que los atentados del lunes no sea el último y que haya más conforme se acerca la fecha para los juegos olímpicos. El autodenominado emir del Cáucaso, Doku Umárov, publicó el 2 de julio pasado un vídeo en el que llamaba a utilizar todos los métodos posibles para hacer fracasar las competiciones de Sochi.