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Gao y la esposa de Kang pidieron a cinco aldeanos que volvieran a la reserva al día siguiente para desmembrar el tigre y llevarlo a casa, donde lo asaron y se lo comieron.

Kang y Gao se entregaron a la policía local en junio.

Kang fue acusado de posesión ilegal de armas y de caza furtiva de un animal salvaje en peligro de extinción. Gao y otros tres aldeanos fueron acusados de ocultar el cuerpo del tigre.

Los otros dos residentes implicados en el caso quedaron exentos del juicio gracias a su confesión.

Bai Zhiquan, otro aldeano que no consumió la carne del tigre pero prestó a Kang el rifle con el que mataron al animal, fue acusado de posesión ilegal de armas.