El Museo del Palacio de Beijing está luchando contra la reventa de entradas para ofrecer una experiencia de visita ordenada a los turistas, ya que recientemente reveló que durante algunas horas pico de visita, el 99 por ciento de los compradores de entradas resultaron ser revendedores de entradas.

Este sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO ha dado a conocer al público sus medidas contra los revendedores de entradas para garantizar la posibilidad justa de adquirir las mismas.

En respuesta a la abrumadora demanda, el Museo del Palacio planea mantener la capacidad de recepción en 40.000 personas los días laborables, y el número de entradas se incrementará en aproximadamente un 25 por ciento para mejorar la accesibilidad de los visitantes durante el verano.

Esta iniciativa, anunciada por el Departamento de Tecnologías de la Información del museo, tiene como objetivo mejorar la accesibilidad durante los ajetreados meses estivales y se extenderá a futuros períodos pico, como el Día Nacional y las vacaciones del Primero de Mayo.

Además, el museo continuará ofreciendo entrada gratuita a grupos desfavorecidos, a menores, a personas con discapacidades, a personal militar activo y bomberos, asegurando que estas comunidades tengan acceso.

Con la temporada de vacaciones de verano en pleno apogeo, las familias chinas de todo el país están ansiosas por explorar los principales monumentos culturales del país.

Sin embargo, muchos viajeros han tenido dificultades a la hora de conseguir entradas para el Museo del Palacio. Informes recientes indican que los revendedores han estado revendiendo entradas por importes de hasta 1.100 yuanes (154 dólares), y algunas reservas sin cita previa se han disparado a 1.600 yuanes.

En marcado contraste, las entradas vendidas a través del sistema oficial de reservas del museo tienen un precio de solo 60 yuanes durante la temporada de verano.

Con el objetivo de mantener la equidad y proteger los derechos de los consumidores, el Museo del Palacio está implementando medidas dirigidas a aislar el inventario de entradas para las agencias de viajes y los visitantes individuales, evitando así que las agencias de viajes monopolicen las entradas destinadas al público en general.

También se introducirá una estrategia de lanzamiento de entradas para que estas se vendan en lotes a intervalos fijos durante los períodos de alta demanda.

Para impedir la actividad de los revendedores, el motor de control de riesgos del museo funciona a alta velocidad todos los días. Durante la temporada de verano, más del 99 por ciento de las solicitudes de entradas llegan dentro de una sola hora pico.

Las autoridades del mercado han dejado claro que el uso de software destinado a comprar rápidamente entradas para su reventa es un delito penal, y han enfatizado su compromiso con los esfuerzos continuos para garantizar un acceso justo a todos los visitantes del museo.