El Ministerio de Seguridad del Estado chino reveló el miércoles un caso típico en el que una empresa extranjera obtuvo ilegalmente datos brutos de topografía y cartografía de la información geográfica de China a través de un proyecto de coche inteligente en colaboración con una empresa china.

El ministerio advirtió a las empresas nacionales de los riesgos de seguridad en las colaboraciones con empresas extranjeras.

En los últimos a?os, los órganos de seguridad del Estado de China han intensificado sus esfuerzos para reprimir las actividades ilegales de topografía y cartografía, por lo que algunas organizaciones extranjeras han ido centrando su atención en los denominados proyectos de colaboración con empresas nacionales cualificadas en topografía y cartografía, para que estas organizaciones extranjeras puedan recopilar ilegalmente información geográfica de China.

En este caso, una empresa extranjera, en colaboración con una empresa china, llevó a cabo tales actividades ilegales bajo la apariencia de investigación sobre sistemas de conducción autónoma.

La empresa extranjera es contratista de proyectos en un sector sensible clave en un determinado país. No está cualificada para llevar a cabo de forma independiente actividades de topografía y cartografía de información geográfica en China, tal y como estipula la Ley de Topografía y Cartografía de China.

Para eludir la supervisión de las autoridades reguladoras chinas, la empresa extranjera, con el pretexto de la investigación sobre conducción autónoma, subcontrató el proyecto en múltiples ocasiones, confiando finalmente la realización del trabajo a una empresa nacional cualificada.

Impulsada por intereses económicos, la empresa nacional se convirtió esencialmente en una marioneta de la empresa extranjera, y sus cualificaciones en topografía y cartografía sirvieron de fachada a la empresa extranjera para obtener ilegalmente datos geográficos dentro del territorio chino.

Para recopilar rápidamente grandes cantidades de datos geográficos en China, la empresa extranjera adquirió varios vehículos y los equipó con radares de alta precisión, GPS, lentes ópticas y otros dispositivos, en un intento de aumentar la eficacia y reducir el riesgo de ser detectada por las autoridades reguladoras chinas.

Además, los datos recogidos por los equipos de la empresa se almacenaban en un formato único que no podía ser leído ni analizado por el software común, lo que dificultaba la supervisión por parte de los reguladores del sector.

Durante su colaboración, la empresa extranjera se saltó las capas de subcontratación de proyectos y guió al personal de la empresa nacional en la recopilación de datos geográficos en múltiples provincias de toda China. La empresa extranjera incluso asignó a expertos técnicos extranjeros para que orientaran al personal de la empresa nacional en el control del almacenamiento, el procesamiento y la transferencia de datos. Finalmente, la empresa nacional transfirió los datos al extranjero bajo la manipulación de la empresa extranjera.

En una acción conjunta de las fuerzas del orden, los organismos de seguridad del Estado y los departamentos pertinentes exigieron responsabilidades legales al personal y a las empresas implicadas.