Un grupo de científicos chinos descubrió el fósil de caparazón de tortuga más antiguo y reveló el origen de esta parte del animal. El descubrimiento fue presentado en la última edición de la revista Nature.
De acuerdo con Nature, este descubrimiento abre un nuevo camino en la investigación de la evolución de los reptiles, y hará que los científicos se replanteen el origen de la tortuga.
Los fósiles fueron encontrados en sedimentos rocosos del condado autónomo de Guanling Buyi-Miao, de la provincia de Guizhou, y datan de más de 220 millones de a?os. Debido al tipo de dentadura que presenta el especímen y a su primitiva coraza embriónica, los científicos le denominaron odontochelys semitestacea.
De acuerdo con Li Chun, del Instituto de Paleontología Vertebral y Paleoantropología de la Academia de Ciencias Sociales, este tipo de especímenes fósiles son extremadamente raros. Anteriormente, sólo tres muestras habían sido encontradas (Alemania, Tailandia y Argentina) pero las estructuras de los cuerpos son muy similares a las de las tortugas modernas, lo que no da muchas pistas sobre el origen de las tortugas.
Sorprendentemente, la muestra china presenta una concha ventral totalmente formada y una concha dorsal que parecía estar aún evolucionando. Más interesante aún, fue el descubrimiento de que el caparazón creció a partir de las vertebras, lo que contradice las versiones anteriores de que la concha se había formado a partir de la fusión de depositos óseos.
El origen de las tortugas resulta mucho más complejo de lo que habíamos imaginado. Muchos científicos creen que las tortugas evolucionaron sobre la tierra, pero la estructura ósea del especímen presentado por Nature, así como el medio geológico y la ubicación del descubrimiento, hacen pensar que las tortugas pudieron haber evolucionado en el agua.
Esta investigación fue auspiciada por la Academia China de Ciencias Sociales, la Fundación Nacional de Ciencias Naturales de China, y el programa 973 del Ministerio de Ciencia y Tecnología. El profesor Wang Liting del Instituto de Investigación Geológica de Guizhou; y Zhao Lijun, del Museo de Historia Natural de Zhejiang, aportaron a los resultados de la investigación. Expertos de Canadá y Estados Unidos también participaron en el proceso del descubrimiento.