Por John Markoff (The New York Times)
Las empresas están experimentando con robots en las oficinas. Mike Beltzner asiste a reuniones en Mozilla a través de una unidad móvil. Jim Wilson / The New York Times |
Sacramento, California
Desde hace a?os los robots móviles son usados por el ejército y las agencias encargadas de aplicar las leyes para desactivar alarmas y llevar a cabo otras misiones peligrosas. Este verano dichos sistemas ayudaron a sellar un pozo de la compa?ía British Petroleum (BP) en las profundidades del Golfo de México.
Hoy en día, con la vertiginosa caída de los costes en la producción de estas tecnologías, el próximo paso es su empleo en la oficina, el hospital y la casa.
Los robots están siendo utilizados en cientos de hospitales como ojos, oídos y voces de los doctores que no pueden estar allí físicamente. Están llegando a los lugares de trabajo, facilitando la comunicación con los empleados en lugares apartados y permitiendo a los directivos supervisar a sus subordinados a distancia. Además, son sometidos a pruebas en albergues para indigentes.
"Los ordenadores están instalándose ya y moviéndose por todas partes", comentó Jeanne Dietsch, una veterana experta en robótica y fundadora de MobileRobots Inc., fabricante de robots en la localidad estadounidense de Amherst, New Hampshire.
Los escépticos alegan que dichas máquinas no representan una gran mejora respecto a la videoconferencia, aunque los entusiastas explican que la experiencia es mucho mejor.
Por el momento, la mayoría de los robots móviles, a menudo llamados robots “telepresencia”, son poco más que mu?ecos ventrílocuos con largos e invisibles hilos, aunque algunos modelos disponen de inteligencia artificial, lo que les permite ser autónomos para algunas cosas.
"La belleza de la telepresencia móvil es que cambia la noción de lo que significa estar en algún lugar”, comenta Colin Angle, director ejecutivo de iRobot, una de las mayores empresas robóticas.
El doctor Alan Shatzel, neurólogo de Sacramento, ha usado un robot móvil para "visitar" pacientes en la sala de emergencias de un hospital en Bakersfield, a 420 kilómetros de su lugar de residencia. A través del robot puede interactuar directamente con el paciente, examinar su cara y observar los parámetros del monitor cardíaco de la habitación, o evaluar a una persona que sufra un derrame cerebral con la misma precisión que si estuviera in situ.
"Tuvo una buena respuesta" comentó.