A pesar de hablar diferentes idiomas, los equipos médicos de muchos países y regiones están contribuyendo de manera activa a las labores asistenciales posteriores al sismo que sacudió el suroeste de China.
"Xiao Gan" es el apodo dado por los habitantes locales al médico de origen chino Gan Junda. El médico, de 25 a?os de edad, se ofreció como voluntario para viajar a las áreas afectadas tan pronto como se enteró de la noticia.
"Cuando vi las trágicas imágenes en la televisión sentí como si los miembros de mi propia familia estuvieran sufriendo por este desastre", dijo.
A los seis a?os de edad, Gan migró junto con su familia a Rusia desde la municipalidad de Chongqing, una ciudad ubicada a cientos de kilómetros de distancia del epicentro. Además de hablar ruso, Gan habla el dialecto de Chongqing y esto le ha permitido comunicarse mejor con los habitantes locales. También ha servido de intérprete para sus colegas.
Después de una jornada de trabajo siempre acaba exhausto, sin embargo "la fatiga física da paso al orgullo de saber que puedo usar lo que he aprendido para servir a mis compatriotas".
Gan también dice sentirse afortunado por poder usar el arte de sanar que aprendió en Rusia para rescatar a las personas y consolarlas en el dialecto de Chongqing. Cuando vio correr bajo el sol a ni?ito que curó durante una operación supo que había tomado la decisión correcta.
La enfermera japonesa Takano Hiroko fue asignada al centro de diálisis sanguínea del Hospital Huaxi de Chengdu. Tras haber participado en muchas labores de rescate en el extranjero aún se siente profundamente conmovida por la gratitud de sus pacientes chinos.
"De hecho no he trababado mucho, pues no puedo comunicarme bien con mis pacientes. Pero te agradecen cualquier peque?a atención que les brindes. Me sentí muy conmovida".
Aunque no habla chino, Takano cuida mucho a sus pacientes y trabaja casi doce horas diarias.
"Mi familia me apoyó mucho. Japón también es un país de sismos frecuentes. Muchos médicos japoneses están dispuestos a compartir con la parte china su experiencia en las labores de asistencia tras sismos y a ayudar a los chinos a luchar contra el desastre".
En el pueblo de Shigu en la ciudad de Shifang, un sitio que quedó severamente destruido después del temblor, equipos de médicos belgas recibieron una cálida bienvenida de los residentes locales.
"Nunca había recibido una bienvenida tan cálida. Aunque los sobrevivientes tienen pocas cosas materiales nos trajeron cosas para comer y beber. Son muy amistosos", dijo el jefe del equipo, Peter Vanden Broeck.
Con la ayuda de residentes locales y soldados lograron armar en una noche las 250 tiendas de campa?a que trajeron consigo.
Fuera de las tiendas de campa?a hay muchos mensajes escritos por los ni?os del lugar para sus "queridos tíos belgas", tanto en chino como en inglés. En los mensajes se leen cosas como "Bienvenidos a China. Agradecemos sinceramente lo que han hecho por nosotros", "Ustedes son nuestros amigos para siempre" y "Amamos al simpático Peter".
"Nunca antes había visto un desastre tan lamentable, pero había visto cómo toda una nación se unía para rescatar a la gente en las zonas de desastre", dijo el experimentado rescatista. Broeck ha participado en muchas labores asistenciales en el extranjero como el tsunami de diciembre de 2004, pero este viaje a China los dejó con "la más profunda impresión".
El día cuando salió de Bélgica con rumbo a China su esposa cumplía a?os. Pero "ella me entiende", dijo.
De acuerdo con los datos más recientes, hasta hoy martes habían llegado a la zona de desastre 11 equipos médicos integrados por 285 personas de Rusia, Japón, Italia, Alemania, Reino Unido, Francia, Cuba, Taiwan, Hong Kong y Macao.