Esta es supuestamente la temporada de auge para la agricultura. Pero, qué ha sido de los agricultores que casi pierden la vida durante el terremoto del 12 de mayo?
Ellos han hecho tanto como es posible para regresar a sus campos.
Los caminos que conducen a los pueblados cercanos al distrito de Beichuan, el área gravemente afectada durante el terremoto del 12 de mayo, sigue teniendo grietas por aquí y por allá, y no es nada inusual ver grandes rocas cayendo por las laderas.
Pero los campesinos, con sus cestos de bambú a la espalda, han emprendido la marcha de vuelta a sus hogares en los poblados. Los cestos llevan arroz, aceite comestible y vegetales que el gobierno les ha proporcionado. Tiendas de campa?a también, pues sus caba?as han quedado inhabitables.
Desde el siguiente día del terremoto, el estadio de Jiuzhou, en las cercanias de la ciudad de Mianyang, se ha convertido en un refugio temporal.
Deng Guangbing, un miembro de la minoría étnica de Qiang, de 37 a?os de edad, dijo a los reporteros que se encuentra preocupado porque su siembra de colza se hubiera arruinado durante el tiempo que se refugió en el estadio.
Sobre sus hombros lleva un pesado cesto lleno con comida -- arroz, pepinillos, frijoles secos, doufu, (queso fabricado con soja) y leche. Espera con ansia el momento de regresar a casa.
"La colza ya debe estar madura. Debemos cosecharla de inmediato, porque este a?o estaba creciendo muy bien", afirmó Deng.
Como Deng, cada campesino afectado por el terremoto se está afanando por reconstruir su hogar nuevamente. Algunos tienen que caminar, otros han regresado en autobuses, en cuanto las condiciones del camino mejoran.
A lo largo del sendero que conduce de Mianyang a Beichuan, es posible ver grandes grietas en las monta?as. Pero también pueden verse convoyes de alivio del desastre, civiles y militares, que van cargados con tiendas de acampar.
Las tiendas serán el hogar de los campesinos en el futuro más próximo.
Han Xiaodong, una mujer de mediana edad que perdió a su esposo en el terremoto, ahora tiene que arreglárselas por ella misma.
"Quiero cosechar más colza hoy. El clima ha sido bueno estos últimos dos días. Estoy segura que el gobierno nos ayudará a superar las dificultades, pero también tenemos que trabajar mucho por nuestra cuenta", afirmó.
Wei Yongqiang, un aldeano de 39 a?os de edad, también se encuentra trabajando en su campo de colza, mientras su esposa y su joven hijo lo miran labrar.
La esposa de Wei se encuentra tan afectada por la muerte de su hijo mayor, que dificilmente puede pensar en el trabajo. Su primogénito, Wei Changlin, que estudiaba la secundaria con sobresalientes calificaciones, falleció a causa del sismo.
Ahora cuidan de manera especial al hijo menor, manteniéndose cerca de él todo el tiempo.
Además de cosechar los cultivos, muchos campesinos en Beichuan recolectan madera y tabiques, para iniciar la reconstrucción.
"Están haciendo ahora los preparativos para los trabajos de reconstrucción. Los campesinos han limpiado los tabiques rotos y la madera, y han conservado aquello que puede ser de utilidad", asegura Song Ming, secretario del partido local.
"Donde hay vida, hay esperanza", dice. El antiguo proverbio chino es la creencia firme de estos campesinos.
Como el más grande refugio temporal, el estadio de Jiuzhou albergó en cierto punto a más de 30.000 personas desplazadas, gran mayoría de los cuales son campesinos.
"Actualmente, sólo quedan unos 7.000 en el estadio, pues muchos de ellos han regresado a casa para plantar y reconstruir", dijo el director del departamento de publicidad del Comité del Partido Municipal de Mianyang.
El gobierno municipal ha auxiliado a más de 10.000 personas a reestablecerse.
"No importa lo que pase, nosotros los campesinos seguimos deseando regresar a casa. Tenemos nuestros campos ahí, tenemos confianza en el gobierno, pero también necesitamos tenerla en nosotros mismos. Nos sobrepondremos a estas dificultades", aseguró Han Xiaodong.