Wang Meng comentó que “l(fā)a popularización de la cultura no es un fenómeno que sólo haya surgido en China, es una corriente internacional. Con el constante avance de la reforma y apertura, apareció un grupo de nuevos espíritus en los círculos político, económico y cultural, que abogan por la libertad, la democracia, la igualdad, los derechos humanos, entre otros, lo que resulta favorable para el desarrollo de la cultura popular”.
“La alta cultura constituye un importante medio de transmisión del pensamiento social y el espíritu humanista, busca la pureza y la estandarización académicas y la salvaguardia del sistema de valores sociales. Como producto de la economía mercantil, la cultura popular se muestra a veces superficial y grosera, con un fuerte sabor comercial y alejado del factor educativo. Las diferencias entre la alta cultura y la cultura popular determinan sus conflictos y contradicciones. Además, el renacimiento de la cultura popular asestó un golpe a la cultura de la élite constituyendo uno de los principales motivos por los que los eruditos chinos se oponen a la cultura popular”, explicó Wang Meng.
El programa Aula de Lectura de CCTV transmite la cultura clásica china mediante una forma y un lenguaje populares, lo que provocó ciertas disputas. Sobre el tema, Wang Meng dijo que “l(fā)o clásico no debe quedarse siempre en la academia sino que debe tener más contacto con el pueblo. La integración entre la cultura selecta y la popular constituye una tendencia común mundial. Por ejemplo, la canción popular Mi Mío, que Pavarotti representó junto con un cantante ciego, recibió una buena acogida del público. Placido Domingo tampoco se negó a interpretar canciones populares. Los eruditos tienen la responsabilidad de introducir ampliamente la cultura selecta en la vida cotidiana de la gente, con el objetivo de despertar la conciencia cultural de la sociedad. En términos generales, las dos culturas se corrigen mutuamente en los conflictos y han ido reconociendo poco a poco la existencia de la otra”.