Artículo publicado por Tiffany Tan en China Daily el 17 de mayo de 2010
En la China continental es imposible conseguir empleadas del hogar extranjeras como en otros países, aunque muchos son los que esperan el día en que puedan contratar a una empleada filipina en sus hogares.
Jane Zhang ha visto llegar y volverse a marchar a cerca de 30 empleadas del hogar chinas en los últimos 9 a?os, a pesar de unas buenas condiciones de trabajo, con 5 días laborales a la semana, vacaciones pagadas, y 13 pagas anuales.
Unas 200 empleadas del hogar buscan empleadores potenciales en la feria de trabajo de la Unión de Trabajadores Xingtai, en la provincia de Hebei. Huang Tao / China Daily |
Zhang dice que “encontrar un buen marido es más fácil que encontrar una buena ayi” es una broma habitual entre sus amigas casadas. Esta beijinesa, agente inmobiliaria y madre de un ni?o de 9 a?os, cree que la selección sería mucho más fácil si pudieran contratar a una empleada extranjera, y preferentemente filipina.
Sus visitas a la casa de una amiga en Hong Kong la impresionaron sobre las ventajas de las empleadas filipinas, de las que comenta que son inteligentes, competentes, trabajadoras, fáciles en el trato, con tacto, amables, seguras de sí mismas y con muchos recursos. Zhang también piensa que la necesidad de comunicarse en inglés sería una ventaja más para su hijo, y dice que estaría dispuesta a pagar al menos 3.500 yuanes (513 dólares estadounidenses) al mes, lo que representa hasta tres veces el salario medio de una empleada china.
Zhang también dice conocer al menos otras cinco familias que querrían tener empleadas del hogar o ni?eras filipinas, a pesar de que resulten más caras, pero esto no es posible debido a la normativa china, que limita esta tipo de trabajos exclusivamente a los ciudadanos chinos, y que se ha endurecido más si cabe desde los Juegos Olímpicos.
Esto se debe, dice el responsable de la agencia de empleadas del hogar Carl Chen, a que el gobierno está intentando solventar el problema del exceso de mano de obra en el país, que por otro lado se ha exacerbado desde el inicio de la crisis económica, y no puede permitirse abrir el mercado laboral a los extranjeros. Otra razón para la restricción, comenta Chen, es aliviar la presión sobre las infraestructuras y servicios sociales de la capital, que difícilmente podrían soportar más población que la actual. Según información proveída por la Radio Nacional de China en febrero, el gobierno tiene planeado reducir la actual población de la ciudad, que actualmente suma 22 millones de personas entre residentes permanentes y temporales, hasta un máximo de 18 millones en 2020.