BEIJING, 10 jun (hey-genius.com) – ?Dejarías que tu padre o tu madre buscaran por ti a la persona con la que compartir tu vida? En China muchos lo tienen claro: la respuesta es que sí. Los padres que buscan pareja para sus hijos son toda una institución en el país asiático.

El cambio en los hábitos de vida de muchos chinos y la necesidad de trabajar duro para poder subsistir hace que muchos apenas dispongan de tiempo para para salir a conocer gente, y no hablemos ya de buscar pareja. Muchos chinos, completamente absorbidos por su trabajo, dejan que sean sus padres quienes la busquen por ellos.

Basta con darse un paseo por cualquier parque de Beijing; es muy probable toparse con un grupo de padres y madres intercambiando información sobre sus hijos casaderos. Los padres, jubilados o amas de caso en muchos casos, acuden a los parques pertrechados con carteles escritos a mano, que luego cuelgan o depositan en bancos reservados a tal fin.

Nos trasladamos hasta el parque de Taoranting. Sobre los asientos de un corredor se exponen numerosos carteles; en esos carteles los padres escriben los datos que consideran más relevantes sobre sus hijos: edad, talla, peso, gustos personales, pero también la situación laboral –a veces también el sueldo-, grado académico, grupo sanguíneo... Y el sacrosanto ‘hukou’, el permiso de residencia; los que poseen el hukou de Beijing están muy cotizados, pues casarse con su titular da acceso automático a tal hukou, con las ventajas que supone vivir en la capital. El legendario pragmatismo de los chinos es cierto.

 

Ciertamente, a la hora de buscar pareja, en China se imponen los factores pragmáticos. La sociedad altamente competitiva y las dificultades para conseguir ahorrar o comprar una casa hacen que elementos como el salario o la disponibilidad de una vivienda se encuentren entre los más valorados, por encima de la compatibilidad personal, a veces.

Pero no todo es así, aún queda lugar para el romanticismo: “Hay que ver también si existe ‘yuanfen’ (predestinamiento)”, nos dice una se?ora sentada junto al cartel con los datos de su hijo. Nos cuenta que él no tiene tiempo y por eso ella, por iniciativa propia, viene a buscar posibles candidatas.

No obstante, otros padres nos confiesan que acuden a este tipo de encuentros sin que sus hijos lo sepan (quizá consideran que es hora de que ‘levanten el vuelo’...). Lo cierto es que estos encuentros suponen también todo una oportunidad para los padres, que pueden así socializar con sus congéneres y pasar un rato divertido charlando a la sombra de los árboles. Y si además cumplen su misión de cupidos, mucho mejor.

El sistema funciona de la siguiente forma: los padres escudri?an los carteles expuestos en el parque y si, según los datos detallados, encuentran un posible candidato apropiado para sus hijos, acuerdan una cita entre ambos; el resto será cosa de la propia pareja y la magia del ‘yuanfen’.

En este ‘supermercado del amor’, como muchos han llamado a este tipo de reuniones institucionalizadas, no hay límites. Junto a un banderín, hay todo un banco lleno de carteles y un catálogo muy grueso en el que un hombre va recopilando anuncios de candidatos con sus fotos. Leyendo los anuncios y viendo las fotos descubrimos desde jóvenes de la generación de los 80 hasta personas con 50 a?os o más, solteros o divorciados, licenciados, con título de máster o incluso doctores...

 

La cuestión del título académico no es baladí. Las mujeres con título de doctora en China suelen ser vistas de forma especial y, según cuentan, les suele ser más difícil encontrar pareja que a las demás, pues los pretendientes masculinos suelen sentirse amilanados por una mujer de mayor talla intelectual que la suya...

Tampoco hay límites de religión o nacionalidad. En el parque de Taoranting hay una sección especial para los candidatos de la etnia Hui, de religión musulmana, con sus propios anuncios y sus propios requisitos.

Otra se?ora sentada junto al mamotreto que compila fotos y datos nos dice que los extranjeros son también bienvenidos. De hecho, al parecer, también están bien cotizados. Así que si piensas darte un paseo por un parque pekinés y te acercas a uno de estos lugares de encuentro, no sería sorprendente que algunos padres se te aproximen curiosos preguntándote por tu disponibilidad.

 

No comments.