El Presidente norteamericano George W. Bush anunci? oficialmente, el 13 de diciembre, que su pa?s se retirar? del Tratado de Antimisiles Bal?sticos (ABM) firmado con la Uni?n Sovi?tica en 1972. Es el primer importante tratado internacional concluido tras la segunda guerra mundial del que EE.UU. se retira, y tambi?n es el tercer acontencimiento trascendental de influencia global que afecta a la seguridad y estabilidad regionales e internacionales despu?s del incidente del 11 de septiembre y el inicio de los ataques militares estadounidenses contra Afganist?n.
Huelga mencionar el tel?n de fondo y la causa de la decisi?n del Gobierno norteamericano sobre la retirada de ese tratado. Esta decisi?n denota, por lo menos, que ni el incidente del 11 de septiembre ni las acciones pol?ticas y diplom?ticas tomadas por EE.UU. en sus ataques militares en Afganist?n han cambiado el principio estrat?gico y el objetivo pol?tico establecidos que el gobierno de Bush ha formulado y puesto en pr?ctica desde que empez? el ejercicio de sus funciones. Tras el referido incidente, la gente ha venido comentando el "unilateralismo" o "multilateralismo" de la pol?tica exterior estadounidense. Pero, en realidad, ya se trate del "unilateralismo" o del "multilateralismo", no es m?s que una t?ctica y un medio de que vale EE.UU. para llevar a cabo su pol?tica exterior y perseguir su objetivo estrat?gico global. Recurrriendo al "unilateralismo" a ratos y al "multilateralismo" otras veces, seg?n sean el caso, el momento y la situaci?n, los utiliza al servicio de sus objetivos pol?ticos y estrat?gicos a corto y largo plazo de mantener el status de superpotencia mundial durante el siglo XXI y de ser el protagonista del manejo de los asuntos del globo.
El anuncio de EE.UU. de retirarse del tratado antimisiles bal?sticos (ABM) supone, sin lugar a dudas, un fuerte golpe a la aspiraci?n y esfuerzo de la comunidad internacional para materializar en el nuvelo siglo las metas del desarme y control armamentista en todo el mundo y asegurar la paz y la estabilidad mundiales, y produce efectos muy negativos sobre el mantenimiento del sistema global existente de desarme y control armamentista instaurado sobre la base de una serie de tratados y acuerdos internacionales. El incidente del 11 de septiembre muestra que el terrorismo constituye una nueva y grave amenaza para la seguridad de los pa?ses y del mundo entero en el siglo XXI. Sin embargo, la amenaza de las armas nucleares y de una guerra nuclear que se cierne sobre la humanidad desde hace m?s de medio siglo no se ha desvanecido. La acci?n unilateral de EE.UU. de retirarse del tratado ABM podr?a destacar otra vez la amenaza nuclear y convertirse en un problema serio y apremiante de preocupacion com?n para todos los pa?ses. Es de prever que, con el avance cient?fico-tecnol?gico, la humanidad encarar? nuevas amenazas para la seguridad. Despu?s de la guerra fr?a, el mundo enfrenta el hecho de que la seguridad de los pa?ses y de las regiones es interactiva y de influencia rec?proca. Antes de disiparse la vieja amenaza aparecer? otra nueva. La paz y el desarrollo del mundo encaran serios desaf?os. Tal como la lucha en escala mundial contra el terrorismo en todas sus manifestaciones necesita una estrecha cooperaci?n entre los distintos pa?ses, los esfuerzos por eliminar la amenaza nuclear y hacer frente a nuevas amenazas tamib?n necesitan el debate, la consulta, la participaci?n y la cooperaci?n de todos los pa?ses. Por consiguiente, la dedicaci?n de EE.UU. al desarrollo del sistema de defensa antimisiles y su declaraci?n de retirarse del tratado ABM no ayudar?n a hacer realidad la perspectiva deseada.
Frente al desarrollo y despliegue del sistema de defensa antimisiles de EE.UU. y su retirada de dicho tratado, no hay por qu? asustarnos. En cambio, lo que debemos hacer es efectuar una observaci?n y an?lisis con mente fr?a en busca de una contramedida eficaz. Por otra parte, el sistema de defensa antimisiles es sumamente costoso y no es un "paraguas de protecci?n" invulnerable, y, adem?s, no ser? "barato" el precio pol?tico, diplom?tico y moral que EE.UU. tendr? que pagar por ello.