R: En 1998 China aplicó la política fiscal activa principalmente para hacer frente al impacto de la crisis financiera de Asia, con el propósito de aumentar la demanda interna e impulsar así el incremento económico. Esta política ejerció un notable papel en la resistencia a la embestida de dicha crisis, en la neutralización de toda clase de presiones sobre la operación de la economía nacional y en el mantenimiento del desarrollo económico y social estable.
No obstante, ha crecido con rapidez la atención que la gente dirige hacia el exceso de la inversión y el recalentamiento de la economía china después que ésta dejó atrás la depresión relativa y entró en una nueva ronda de expansión durante la segunda mitad de 2003. Por otro lado, la misma Hacienda ha visto crecer rápido su propio riesgo. Pues, además de una deuda pública acumulada mayor de dos billones (8,27 yuanes renminbi/1 dólar americano), su déficit ha superado los 300.000 millones de yuanes en tres a?os consecutivos, récord sin precedentes a partir de la proclamación de la República Popular en 1949.
La política fiscal activa es expansiva por esencia, pero la política fiscal prudente es neutra. ésta procura prevenir tanto la ampliación de la inflación como el resurgimiento de la deflación, controlar resueltamente la inversión excesiva y ampliar la demanda de consumo al mismo tiempo, y ser rigurosa con los sectores de inversión recalentada y apoyar con fuerza los eslabones débiles en el desarrollo económico y social. Por tal razón, el viraje de la política fiscal activa a una de carácter prudente concuerda con los cambios de la actual situación económica de China y la necesidad objetiva de la macro regulación y control y resulta muy oportuno.
Por contenidos principales la política fiscal prudente contempla controlar el déficit, reajustar la estructura, impulsar la reforma, aumentar los ingresos y economizar los gastos.
Entre ello, controlar el déficit significa recortar apropiadamente el déficit y la magnitud de la emisión de bonos estatales de construcción a largo plazo.
Por reajustar la estructura se entiende la necesidad de proceder aún mejor según lo que exigen el concepto del desarrollo científico y la Hacienda pública para reajustar con energía la estructura de los gastos fiscales y los destinos de la inversión financiadas por los bonos estatales.
Impulsar la reforma consiste en rectificar la excesiva dependencia de los proyectos financiados con la inversión proveniente de los bonos estatales para empujar el incremento económico. Explicado de otra manera, actuando según el principio de tener en consideración tanto los intereses inmediatos como los a largo plazo, y sobre la base de continuar asignando inversión a algunos de dichos proyectos, aunar la inversión presupuestaria dedicada a la construcción básica y asegurar una determinada magnitud de la inversión de la Hacienda central, se debe destinar parte de los recursos financieros a impulsar la reforma de las instituciones y sistemas y su creación, a fin de forjar un ambiente tributario relativamente holgado para los sujetos del mercado y el desarrollo económico y establecer un mecanismo de efecto duradero a favor del crecimiento autónomo de la economía.
Y aumentar los ingresos y economizar los gastos significa que a base de no engrosar la carga tributaria en su conjunto o reducirla ligeramente, se debe recaudar los impuestos con el rigor de la ley para asegurar el incremento estable de los ingresos fiscales, y al mismo tiempo controlar estrictamente el aumento de los gastos y elevar en efecto los resultados del uso de los fondos fiscales.
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