Florence Griffith Joyner es la atleta estadounidense más destacada en pruebas de velocidad por haber ganado tres medallas de oro y una de plata en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 y batido las plusmarcas mundiales en las pruebas de 100 y 200 metros.
Nacida en la ciudad estadounidense de Los ángeles, California, el 21 de diciembre de 1959, Griffith empezó a mostrar desde muy peque?a su especial talento para las carreras, puesto que lograba aventajar incluso a los chicos mayores que ella.
Ese talento y la ayuda de quien se convertiría en su entrenador, Bob Kersee, le permitieron recibir una beca para ingresar en la Universidad de California (UCLA) y prepararse para desarrollar sus capacidades y convertirse unos a?os después en una de las mejores velocistas de la historia del atletismo mundial.
En los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, Griffith batió la plusmarca mundial en los 100 metros al recorrer esta distancia en sólo 10,49 segundos, un tiempo récord que se ha mantenido imbatido hasta la actualidad.
En esa Justa, Griffith logró los mayores éxitos de su carrera y consolidó su fama de velocista excepcional al conseguir las medallas de oro en las pruebas de velocidad de 100 y 200 metros y la de relevos de 4x100 metros, además de una plata en los de 4x400 metros.
En la competición de velocidad de los 200 metros, marcó dos récords mundiales, uno en las pruebas de semifinales y otro en la final, en la que consiguió un crono de 21,34 segundos, que continúa siendo hoy la plusmarca mundial en esta especialidad.
Terminados los Juegos de Seúl en los que se había coronado como la atleta más destacada, decidió retirarse con 29 a?os. Después, gracias a su fama internacional, continuó trabajando en temas publicitarios y creó su propia marca de ropa, así como una mu?eca llamada Flo-jo, nombre por el que se conocía a la atleta de fama mundial.
Cuando sólo contaba con 38 a?os sufrió una muerte repentina, víctima de una apoplejía cerebral, el 21 de septiembre de 1998.
La carrera de Griffith también se vio marcada por las sospechas de dopaje en una época en la que saltó el escándalo de Ben Johnson.
Sin embargo, la atleta estadounidense sigue siendo recordada hoy por sus logros deportivos y también por sus alargadas u?as pintadas de varios colores, además de su especial forma de maquillarse para participar en las pruebas deportivas, algo que ayudó a consolidar su fama internacional.