Es el Espíritu de Shanghai y el reconocimiento compartido de metas y objetivos lo que ha unido a países con diferentes sistemas políticos, tradiciones culturales y niveles de desarrollo socioeconómico en la Organización de Cooperación de Shanghai. Es satisfactorio observar que la 24a Reunión del Consejo de Jefes de Estado de la OCS, celebrada en la capital kazaja de Astaná el miércoles y jueves, haya cosechado nuevos frutos en el marco de esa guía.

Los líderes de los estados miembros firmaron y emitieron la Declaración de Astaná, presentaron la iniciativa sobre la unión de los países para promover la justicia, la armonía y el desarrollo mundiales y sugerencias para mejorar el mecanismo operativo de la organización, publicaron una declaración sobre los principios de buena vecindad, mutua confianza y asociación, así como una serie de resoluciones de cooperación en áreas como la energía, la inversión y la seguridad de la información.

La razón por la que la OCS ha podido resistir la cambiante situación internacional es que siempre se ha adherido a la solidaridad y la cooperación, esta última basada en la igualdad y el beneficio mutuo, ha defendido la equidad y la justicia, ha demostrado una amplia tolerancia y ha alentado el aprendizaje mutuo.

Como se?aló el presidente chino Xi Jinping en la cita, la organización se estableció a principios de siglo, cuando aún no se había superado la confrontación y la división de la Guerra Fría. Los miembros fundadores decidieron de manera histórica buscar el desarrollo pacífico, comprometerse con la buena vecindad y la amistad y construir un nuevo tipo de relaciones internacionales.

La familia de la OCS cubre ahora 26 países en tres continentes, siendo el Espíritu de Shanghai el vínculo común y guía de acción. El mundo se encuentra una vez más en una encrucijada. La OCS está del lado correcto de la historia, de la equidad y la justicia, de suma importancia para el mundo.

Frente a la mentalidad de la Guerra Fría, que es la verdadera amenaza a la paz y la estabilidad globales, la familia de la OCS mantiene el fin último de la seguridad. Por lo tanto, sigue los enunciados de la Iniciativa de Seguridad Global de seguridad común, integral, cooperativa y sostenible, responde a retos complejos e interrelacionados a través del diálogo y la cooperación, y reacciona al ajuste del patrón internacional con una actitud de beneficio para todos.

Frente a los países que intentan construir "peque?os patios con muros altos", vela por su derecho al desarrollo con inclusión universal, promueve la innovación científica y tecnológica, mantiene la estabilidad y la fluidez de la cadena industrial y de suministro, estimula el motor de la economía regional y fomenta los objetivos comunes de desarrollo.

Frente a la interferencia de algunos países y la siembra de la desunión, la familia de la OCS consolida su unidad, trabaja para resistir la interferencia externa y agarra con firmeza el futuro y el destino de las naciones involucradas, así como el desarrollo pacífico de la región en sus manos.