Los Juegos Olímpicos de París concluyeron el 11 de agosto, hora local. La delegación china logró su mejor actuación en una competición en el extranjero, ganando 40 medallas de oro, 27 de plata y 24 de bronce y obteniendo una doble cosecha de logros atléticos y de civilización espiritual. Tras los Juegos Olímpicos de Tokio, ha vuelto a producirse un impasse entre China y Estados Unidos al no conocerse la clasificación final en el medallero hasta el último día de competición. La NBC declaró que "China se convierte así en el mayor rival olímpico del equipo estadounidense". Graham Allison, profesor de Harvard que propuso la "Trampa de Tucídides", expresó en un artículo recién publicado que China, "una nación que a principios de siglo no se veía por el retrovisor", ahora no sólo se ha convertido en el principal rival de EE. UU. en los Juegos Olímpicos, sino que también ha ascendido rápidamente en casi todos los demás campos -economía, tecnología, militar- y "ahora corre a nuestro lado o, en algunos casos, por delante".

No es de extra?ar que tales sentimientos surjan en la opinión pública estadounidense. Hace 40 a?os, en los Juegos Olímpicos de Los ángeles, el mundo seguía ensombrecido por la Guerra Fría. 16 países, incluida la Unión Soviética, estaban ausentes, y el equipo estadounidense dominó el medallero, con 83 medallas de oro, cuatro veces más que el segundo clasificado, Rumania. Aquel acontecimiento supuso también la primera participación de China en unos Juegos Olímpicos tras su reincorporación a la familia olímpica, y el equipo chino ganó 32 medallas, 15 de ellas de oro, ocupando el cuarto lugar en el medallero. En cambio, en estos Juegos Olímpicos de París, más de 60 países y regiones ganaron medallas de oro, y más de 90 países y regiones obtuvieron medallas. La globalización del deporte de competición ha mostrado una fuerza sin precedentes. Por lo tanto, los cambios en los logros olímpicos de China y Estados Unidos no deben considerarse de forma aislada; este cambio es en sí mismo el reflejo de una tendencia histórica imparable.

China ha hecho todo lo posible por ganar las medallas de oro con moralidad, estilo y limpieza. En los Juegos Olímpicos de París, los atletas chinos han logrado avances históricos en muchas pruebas. Por ejemplo, las gemelas Wang Liuyi y Wang Qianyi conquistaron el primer puesto en la rutina libre de dúo de natación artística, incorporando muchos elementos estéticos de "estilo chino" en la competición. Zhang Xiaohuan, entrenadora jefe del equipo chino, declaró que su objetivo no era sólo subir a lo más alto del podio, sino también "asombrar al público", asegurándose de que árbitros de distintos orígenes culturales pudieran apreciar su música y coreografía. En la prueba de gimnasia rítmica, el uniforme de competición de estilo impresionista del equipo italiano y el uniforme de competición del "país de las rosas" del equipo búlgaro llevan colores culturales y características regionales distintas. El significado de las Olimpiadas en este momento trasciende la idea de ganar o perder, convirtiéndose en un excelente escenario para el aprendizaje mutuo entre civilizaciones. Los elogios de los medios de comunicación estadounidenses tras la competición, incluida la valoración de Associated Press de que el oro en natación artística "fue una gran medalla para China, y también un paso adelante para el deporte", demuestran el valioso valor de este intercambio y aprendizaje mutuo.

Los atletas chinos aspiran sin duda a obtener buenos resultados en el escenario olímpico, pero esto no es todo lo que China aporta a las Olimpiadas y al desarrollo deportivo mundial. Después de que Zheng Qinwen ganara el campeonato, la Asociación de Tenis Femenino la felicitó inmediatamente, mostrando su expectación por una estrella china como ella. En los últimos a?os, el desarrollo del tenis en China ha sido rápido y el país ocupa ahora el segundo lugar del mundo en número de pistas de tenis. Esta medalla de oro se convertirá sin duda en un nuevo impulso.

El tenis de mesa nació en el Reino Unido, pero ha florecido en China, ya que muchos deportistas de alto nivel de otros países vienen a China para mejorar sus habilidades en la liga, y el putonghua se ha convertido casi en la "lengua oficial" de los jugadores. Muchos jóvenes jugadores de tenis de mesa de todo el mundo ven a los jugadores chinos como ídolos. En las carreras de maratón, los atletas más destacados pueden guiar a otros atletas para acelerar y esprintar juntos hacia la meta. China no rehúye la competición, pero también valora la cooperación y la contribución. Practica el lema olímpico de "Más rápido, más alto, más fuerte - juntos" a través de su propio desarrollo y rendimiento, compitiendo lealmente e intercambiando amistosamente con atletas de diversos países y regiones de todo el mundo, mejorando habilidades y fomentando amistades, haciendo de las Olimpiadas un puente para el intercambio mutuo y el desarrollo común.

China y Estados Unidos ocupan actualmente las dos primeras posiciones en el medallero de oro olímpico y en muchas más clasificaciones mundiales. Es probable que sigan así en el futuro. El mundo del deporte tampoco debe caer en la "trampa de Tucídides". La forma en que China y Estados Unidos manejen su relación es una cuestión crucial para el futuro y el destino de la humanidad. Como dice el refrán, China no rehúye la competición, pero debe ser justa y respetar las reglas. Dicha competencia puede promoverse mutuamente, hacer crecer juntos el pastel, y no puede convertirse en una competición viciosa o de suma cero a vida o muerte. La competición en el escenario olímpico por las medallas de oro es feroz, pero si alguien intenta romper las reglas obstruyendo a los oponentes, causando problemas y utilizando medios externos, incluidos planteamientos políticos y de opinión pública, será condenado por todos y "expulsado del campo de competición". Aunque el pistoletazo de salida de los Juegos Olímpicos de París se desvanece poco a poco, las reflexiones que suscita en el mundo seguirán resonando.