Tras el otorgamiento del Nobel de Física a John J. Hopfield y Geoffrey E. Hinton ?por hallazgos e invenciones fundacionales que permiten el aprendizaje automático con redes neuronales artificiales?, muchos se preguntaron por qué un premio de la disciplina recayó en informáticos, en lo que sería un logro de tal sector.

Incluso Hinton, ganador del premio Turing 2018 y uno de los ?padrinos de la IA?, se mostró ?extremadamente sorprendido? al recibir la llamada, mientras que Hopfield dijo: ?Fue simplemente asombroso.?

En realidad, el estudio de redes neuronales artificiales tiene mucho que ver con la física. Sobre todo, Hopfield reprodujo el funcionamiento del cerebro humano utilizando la autorrotación de moléculas individuales como si fueran neuronas y uniéndolas en una red, su famosa red neuronal. En el proceso, usó dos ecuaciones físicas. Del mismo modo, Hinton convirtió el planteamiento de Hopfield en la base de la red neuronal artificial más sofisticada llamada máquina de Boltzmann, capaz de detectar y corregir errores de cálculo.

Ambos pasos coadyuvaron a formar una red que actúa como un cerebro humano y calcula. Las redes actuales aprenden de sus propios errores y mejoran constantemente para resolver problemas intrincados. Por ejemplo, el Modelo de Gran Lenguaje que es la base de las tecnologías GPT que la gente utiliza hoy en día se remonta a los primeros días en que Hopfield y Hinton crearon y mejoraron su red.

En lugar de debilitar el rol de la física, que el Nobel del campo recaiga en los logros de las redes neuronales lo refuerza al revelar al mundo su papel, o el de la ciencia fundamental en general, en el perfeccionamiento de la tecnología. La física estudia las reglas que siguen las partículas y el universo y allana el camino a los adelantos modernos. Por eso hay mucho que agradecer a los físicos por los hitos que han alcanzado la informática moderna.