Respuesta: El referido informe 2005 del Departamento de Estado de Estados Unidos, que acusa sin motivo a China de carecer de libertad religiosa, es una grave tergiversación de la situación de esta libertad en nuestro país e interviene en nuestros asuntos internos so rótulo de la libertad religiosa. Por lo tanto, hemos expresado fuerte descontento y firme oposición.
Es de todos conocido que los comunistas chinos son ateos. De ahí que algunas personas malentiendan que el PCCh no podrá coexistir en paz durante largo tiempo con la religión. En realidad se equivocan por su incomprensión de los propósitos de este partido. Según el materialismo histórico, la religión existirá por largo tiempo como fenómeno social, y todos los esfuerzos del Partido Comunista se dedican a realizar y proteger los derechos básicos de las masas populares, los cuales se reflejan en muchos aspectos y lógicamente abarcan también su derecho de optar libremente por el credo que deseen.
Después de la fundación de la Nueva China en 1949, desde su primera Constitución ya se estatuye: “Los ciudadanos de la República Popular China tienen libertad de profesar creencias religiosas. Ningún organismo estatal, grupo social o individuo puede obligar a un ciudadano a profesar o no profesar la religión, ni tampoco discriminar a los ciudadanos creyentes o no creyentes. El Estado protege las actividades religiosas normales”. Las leyes promulgadas y entradas en vigor han dado continuidad y estabilidad a la política religiosa, la cual no se afectará por el factor humano ni cambiará por el cambio de ideas de los dirigentes, de manera que la libertad de credo de los ciudadanos cuenta con una sólida garantía.
Además, nuestro respeto a la religión está basado en la profunda cultura e historia del país. La cultura tradicional de China propone la preciosidad de la “armonía y unión”. En la historia china pocas veces ocurrieron conflictos o luchas grandes entre los creyentes y los no creyentes o entre los creyentes de religiones diferentes a causa del credo, y menos aún cosas como las Cruzadas de Europa contra los infieles de Oriente en la edad media y sus guerras repetidas, largas y salvajes entre los católicos y los protestantes. Adictos al concepto confuciano de dar paz al país, los monarcas de las dinastías chinas daban en general trato igual a los diferentes credos y aplicaban políticas religiosas de tolerancia amplia.
Según estadísticas, China tiene ahora más de 100 millones de fieles de credos diferentes, más de 100 mil establecimientos religiosos, 300 mil clérigos, más de tres mil organizaciones religiosas y 76 centros docentes religiosos. Justo en la parte céntrica comercial de Beijing --Wangfujing-- está una iglesia católica construida en 1655, a pesar de haber sufrido dos incendios grandes en otros tiempos. Hace pocos a?os el gobierno municipal no solamente la reparó sino que también amplió la plaza de enfrente cuando se transformó la calle Wangfujing.
Antes de la proclamación de la República Popular en 1949, pocos musulmanes chinos podían viajar de peregrinación a La Meca. Pero desde hace más de una década, más de 50 mil han cumplido su deseo sin inconvenientes tomaron aviones chárter ordenados por la Asociación Islámica de China.
En agosto de 2000 los siete líderes de las cinco religiones de China asistieron a la Asamblea del Milenio de Dirigentes Religiosos y Espirituales por la Paz Mundial, celebrada en las Naciones Unidas. En el acto de apertura Su Reverencia Min Zhiting, presidente de la Asociación Taoísta de China, rezó por el bienestar de toda la humanidad, y el obispo Fu Tieshan, jefe de la delegación china, pronunció un discurso dando a conocer las opiniones de los círculos religiosos chinos sobre la salvaguarda de la paz mundial.
En abril de 2006 los monjes budistas de alta virtud provenientes de 37 países y regiones se reunieron en el primer Foro Mundial del Budismo efectuado en Hangzhou, China. En este evento, centrado en el tema de “comenzar por el corazón para un mundo armonioso”, discutieron con prioridad sobre la cooperación de los budistas, su responsabilidad social y su misión por la paz y recitaron sutras por la armonía del mundo y por la paz para los pueblos.
Los hechos demuestran que la política del Gobierno chino de tratar a las diferentes religiones por iguales y de respetar la libertad de credo de los ciudadanos ha sido aprobada en general por las organizaciones religiosas y las personas de los diversos sectores sociales. Ellos coinciden en que en la China actual y contando con la garantía de la Constitución y la ley el pueblo goza de libertad de credo total y plena y vive un periodo digno de llamarse de oro.
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