Respuesta: Hemos notado que una presunta “organización de ayuda al Tíbet” en el extranjero publicó un “Informe sobre el problema del Tíbet” en 2003, distorsionando y censurando caprichosamente y sin razón la situación de la religión y la cultura en el Tíbet. Sobre el particular, la Oficina de Información del Consejo de Estado de China publicó en especial un artículo titulado ?Qué pretende Estados Unidos? --Comentario de su supuesto “Informe sobre el problema del Tíbet”, refutando con hechos históricos y actuales algunas falacias del informe y criticando la grosera intervención del Gobierno norteamericano en los asuntos internos de China.
Desde la liberación pacífica del Tíbet en 1951, como todos saben, el Gobierno Chino siempre ha respetado y protegido la libertad de creencia religiosa de las masas de tibetanos. Hoy en la región hay más de 1.700 establecimientos religiosos y más de 46.000 monjes de ambos sexos, y el gobierno considera iguales y da trato igual a todos los credos y sectas y tanto a los creyentes como a los no creyentes. Las organizaciones religiosas del Tíbet y sus locales pueden desarrollar libremente toda clase de actividades religiosas dentro del alcance de lo permitido por la Constitución y la ley y administrar por sí sus asuntos internos. En cuanto a qué credo profesar o no profesar, se decide enteramente por los individuos mismos. Los creyentes pueden tener oficios budistas en los monasterios y también pueden tenerlos en sus casas, es una elección totalmente libre, y el gobierno no hace ninguna injerencia. En la actualidad el Tíbet tiene más de 40 fiestas religiosas y todas sus actividades transcurren de manera normal.
En China el Tíbet es una de las provincias y regiones autónomas más ricas en patrimonio histórico y cultural y cuenta con más de 2.000 reliquias y sitios históricos. Atribuyendo siempre importancia a la protección de la herencia cultural en el Tíbet, el Gobierno chino asignó fondos especiales de 310 millones de yuanes en el periodo 1980-2000 para el mantenimiento y protección de monasterios y, al mismo tiempo, otros más de 300 millones de yuanes, de fondos especiales también, para la reparación del Palacio Potala, el Parque Norbu Lingka y la sede cultural del Monasterio Sagya. Por otro lado, el Estado está recopilando y editando la Tripitaka ?Dangyur en tibetano en más de 250 volúmenes y ha terminado el trabajo con más de cien. Cabe afirmar que las masas de creyentes y los monjes patriotas de ambos sexos del Tíbet apoyan la política religiosa del Estado y están satisfechos con ella.
En China se dice “más vale ver que oír”. Damos la bienvenida a todos a que vayan al Tíbet para ver la situación real. En cuanto a quién está presentando la situación real del Tíbet y quién está hilvanando mentiras sobre la región, estamos convencidos de que la verdad vencerá las falacias, y que todo el mundo sacará conclusiones correctas después de las visitas.
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