Chen Fengying, director del Instituto de Economía Mundial del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China, sostuvo que culpar al país de exportar la inflación es una estrategia a la que recurren algunas naciones para evadir su responsabilidad por la inflación global.
Durante las últimas décadas, el auge económico de China se ha basado primordialmente en la mano de obra barata y el uso excesivo de sus recursos. Pero la nueva generación de trabajadores migrantes exige salarios más altos y mejores condiciones laborales, lo que, como es normal, agrega costos a los productos que el país exporta. Con todo, esto también ha sido interpretado como una de las razones para que China esté "elevando" la inflación a nivel mundial.
En referencia a este tema, Chen dijo que el aumento de los costos laborales en el país beneficia la transición de la economía nacional hacia un modelo de labor intensiva, y además contribuye a equilibrar el comercio exterior de China, lo que en última instancia beneficia a la economía global.
A pesar de que China se enfrenta una difícil tarea en el combate contra la inflación, varios economistas vaticinaron que ésta no se descontrolará.
El índice de Precios al Consumidor (IPC), el principal barómetro de la inflación, se situó en enero en 4,9 por ciento, muy cerca del 5,1 por ciento registrado en noviembre pasado, el nivel más alto en 28 meses.
El economista jefe del Buró Nacional de Estadísticas, Yao Jingyuan, sostuvo que la posibilidad de que se produzca hiperinflación en China es escasa, pues el país ha registrado cosechas abundantes en los últimos siete a?os, goza de un relativo equilibrio de su mercado industrial y también cuenta con una capacidad excesiva de producción en algunos sectores.
Por eso, Chen remata con un interrogante: "Si la inflación no es tan alta como para agravar las cosas a nivel interno, ?cómo podría extenderse al resto del mundo?".