El canciller ecuatoriano, Ricardo Pati?o, también arremetió contra el ex presidente Gutiérrez al se?alarlo como responsable de la sedición policial. Según Pati?o, muchos policías involucrados en la revuelta corearon repetidas veces "Viva Lucio", "Larga vida a Lucío".

Correa y los miembros de su gabinete asociaron la revuelta a un intento de golpe de estado, más allá de una simple protesta policial. Los policías involucrados en los hechos bloquearon carreteras y las operaciones aéreas en los principales aeropuertos del país, incluyendo el Mariscal Sucre de Quito, y los de Manta y Guayaquil.

Los vuelos internacionales fueron reabiertos hacia la media noche del jueves.

Al menos dos agentes policiales de élite y un soldado murieron, mientras que decenas más resultaron heridos en la refriega, dijo Irina Cabezas, vicepresidenta del Congreso.

La revuelta fue motivada por presuntos recortes salariales y varias canonjías en los esquemas de ascensos, establecidos en una nueva ley impulsada por el gobierno de Correa.

Los presidentes de América Latina reaccionaron rápidamente y de manera unánime a los hechos con un decidido apoyo al gobierno de Correa. La Unión de Naciones del Sur (Unasur), de la que Correa es presidente pro-tempore, convocó a una reunión urgente en la capital argentina para examinar la crisis ecuatoriana.

Estados Unidos condenó igualmente los hechos que pusieron en riesgo la democracia de Ecuador y testimonió su pleno apoyo al gobierno de Quito.

Esta ma?ana, los presidentes de la Unasur preparaban un viaje de sus cancilleres desde Buenos Aires a Quito para ratificar su respaldo al gobierno de Correa.

Los mandatarios de Chile, Bolivia, Perú, Uruguay, Colombia y Venezuela viajaron de inmediato a Argentina para entrevistarse con su colega Cristina Fernández y el esposo de ésta, Néstor Kirchner, presidente de la Unasur.

Los jefes de estado de los países miembros de la Unasur advirtieron en una declaración que los responsables de la revuelta deberán ser enjuiciados y condenados.

Dijeron además que en el eventual caso de un nuevo intento contra el orden constitucional de Ecuador, cerrarán de inmediato las fronteras de sus países, el tránsito aéreo y suspenderán el comercio y el suministro energético y otros servicios a Ecuador.

Los mandatarios de Bolivia y Venezuela, Evo Morales y Hugo Chávez, sugirieron que detrás de los hechos del jueves pudieran haber estado intereses de Washington.

Pero el gobierno de Washington ratificó su absoluto respaldo a Correa.

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