La sequía que la Amazonía sufrió el a?o pasado transformó al mayor pulmón vegetal del mundo de un principal secuestrador de dióxido de carbono en un importante emisor de gases contaminantes, según un estudio de investigadores de Estados Unidos, Reino Unido y Brasil.
"Sequías como esa tienen un gran impacto negativo en el ciclo del carbono y en el clima del planeta", afirmó el ingeniero forestal brasile?o Paulo Brando, investigador del Instituto de Pesquisa Ambiental de la Amazonía (IPAM) de Brasil y uno de los autores del estudio, en declaraciones citadas hoy por Ciencia Hoje, el portal de noticias de la Sociedad Brasile?a para el Progreso de la Ciencia.
Los resultados del estudio, que calculó la cantidad de gases contaminantes emitidos por la Amazonía como consecuencia de la escasez de agua y la consecuente muerte de miles de árboles, fueron destacados por la revista Science en la edición que comenzó a circular este jueves.
Según la investigación, los efectos de la sequía del a?o pasado se extendieron por cerca de tres millones de kilómetros cuadrados, lo que equivale al 57 por ciento de toda la selva amazónica. La sequía de 2010 por la falta de lluvias fue incluso más rigurosa que la de 2005, hasta ahora considerada como la peor del siglo.
Como consecuencia de la muerte de miles de árboles, la Amazonía pasó a emitir más dióxido de carbono del que es capaz de absorber, lo que podrá agravar gradualmente el efecto invernadero y los cambios climáticos.
Según Brando, en condiciones normales, la Amazonía tiene capacidad para secuestrar cerca de 400 millones de toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera.
Pero el carbono que dejó de ser capturado como consecuencia de la sequía del a?o pasado, sumado al que sea emitido con la descomposición de los árboles muertos, podrá llegar a 2.200 millones de toneladas.
Ese volumen es casi la cuarta parte de las 9.000 millones de toneladas que fueron emitidas en todo el mundo en 2009.