Hogar de una serie de saltos tan impresionantes que dos naciones los reclaman como suyos, el Parque Nacional de las Cataratas de Iguazú es un sue?o para los fotógrafos. Una falla geológica cerca de la unión de los ríos Paraná e Iguazú es la responsable del cambio de profundidad que hace que el agua del río caiga a toda velocidad sobre un precipicio de manera dramática. Pero el parque tiene mucho más que las súper visitadas cataratas – las selvas subtropicales, que brindan a la cascada un exuberante fondo, sirven de hogar a más de 450 especies de aves y un gran número de mariposas raras.
A solo media hora en avión desde Buenos Aires, al parque también se puede llegar por tren, autobús y barco; en www.iguazuargentina.com puede encontrar todos los detalles, incluido un tour virtual de 360 grados.
Es difícil creer que esta isla paraíso se localice a 15 minutos en avión de los estridentes casinos y condominios de la vecina San Martín. Y cuando cree que nada puede ser más hermoso que el irregular paisaje volcánico de Saba, un viaje debajo de la superficie del océano le revela un colorido reino de corales neón repleto de tiburones, tortugas de mar y peces escurridizos. Estos sitios cumbres del buceo se encuentran entre los principales destinos mundiales para la práctica del submanirismo y están fastidiosamente protegidos por el bien establecido parque nacional marino.
Si le provoca pasarse acá un periodo prolongado, considere la opción de una colocación voluntaria de dos o tres meses con la Fundación de Conservación Saba; visite la página web www.sabapark.org.